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El té típico de Guilin

 ¿Un té típico de Guilin? Gracias a nuestro amigo couchsurfer, hicimos lo más típico de Guilin pero que no cuentan las guías.

La idea era clara: madrugar, coger el primer autobús hacia los arrozales, dejando Guilin para volver a la noche y coger el tren que nos llevaría a Shanghai. Guilin sólo era una ciudad de paso. Pero quiso el tiempo que el día saliese lluvioso, y nublado. Llegar a los arrozales suponía tres horas de autobús y si una vez allá el tiempo era así...¡no habría merecido la pena! Así pues, decidimos quedarnos en Guilin y adelantar nuestra salida en tren hacia Shanghai. Ese día lo dedicaríamos a descansar, comprar los billetes de tren de la tarde y visitar un poco Guilin. Admito que nuestra decisión de no visitar los arrozales, quedarnos en Guilin y adelantar la ida a Shanghai tenía mucho que ver con lo leído en las guías y blogs sobre las visitas a los arrozales en el mes de marzo...¡Las nieblas lo hacen casi imposible! A pesar de eso, fue una decisión que me penó y me acompañó durante todo el viaje.

Descansamos toda la mañana y, al medio día, decidimos quedar con Michael, un chico al que contactamos por Couchsurfing. Lamentablemente, no nos pudo hacer un hueco para dormir en su casa, ya que él realmente vive en Asutralia, pero sí tuvo un hueco para quedar a tomar algo con nosotras. Y, gracias a él, hicimos lo más típico de Guilin pero que no aparece en ninguna guía turística. Por esta razón y no otra, lo considero la cosa más típica, no típica, que debe hacerse en Guilin.

Tomando té*

¿Tomar té en China? ¡Vaya novedad! Pues sí.

Nuestro ya amigo Michael nos llevaba en dirección a Southeast Gate para enseñarnos un paseo, una cueva y unas vistas diferentes de Guilin cuando se detuvo en seco. Tras unos segundos en estado pensativo (es algo que hacen con frecuencia los chinos), cambió de dirección y selañando a un local nos preguntó si nos apetecía tomar un té. La verdad es que no nos apetecía nada, acabábamos de comer y preferíamos seguir visitando la ciudad, pero por no ser descorteses dijimos que si a él le apetecía a nosotras también.

Ya en el local, nos explicó que en esa calle (únicamente en esa calle, remarcó) se tomaba un té muy especial y típico de Guilin, pero que mucha gente lo desconocía.  Esta calle se llama Longzhu Lu (y está aquí). Como soy muy mala con los nombres (sobre todo los nombres chinos) y todos los locales se parecían mucho (y no en todos servían el "famoso" té) eché estas fotos.

casa de te de Guilin, ChinaEn ese momento Michael me miraba como a una loca hasta que le expliqué que tenía un blog (y siguió mirandome raro entonces).

Bueno, pues ahí estábamos preparadas para tomar un té. He de decir que me gusta el té. Tomo casi a diario y conozco muchos tipos de té. Sin embargo, lo que vi en ese local me sorprendió. Puedo decir que me impresionó.

La señora, muy contenta de ver a dos occidentales en su local, nos acercó a cada uno un plato, con un tazón, una taza, un vaso y una cuchara envuelto en un plástico a modo de paquete. Una vez hecho esto, comenzó a sacar tazones como si no hubiese mañana que contenían cosas de lo más diversas: perejil, cacahuetes, "churros" (en realidad eran como unos palitos de galleta sin mucho sabor), cebolleta, galletas anisadas, arroz inflado y jengibre.

  Ingredientes del té típico de GuilinAndrea y yo, que no cabíamos en nuestro asombro, nos empezamos a preguntar si realmente habíamos entendido a Michael cuando había hablado de té. Bromeando, le comentamos que ya habíamos comido (¡con él!), por si lo había olvidado. El rió, todo lo que puede reir un chino, y nos dijo que ya sabía, que esto "simplemente" era un té.

Entonces la señora, acompañada de un señor, trajo un hornillo (tipo al de camping gas), lo encendió y puso sobre él una tetera de la que bien podíamos haber comido si se hubiese tratado de una sopa.

El asombro dio paso a la curiosidad, ¡enorme! por probar de ese caldero. Michael, que aún se hizo de rogar un poco más (supongo que era necesario darle un calentón al té), nos sirvió un buen tazón de té a cada uno. El color era de un amarillo casi marrón y, al contrario que la mayoría de tés, parecía denso como cuando al té se le echa un chorrito de leche (sí, hay gente rara que lo hace).

Té típico de Guilin soloTenia tanta curiosidad que fui la primera en probarlo. El gusto de ese té era muy curioso, nada parecido a algo que hubiese probado antes. Amargo. Como si llevase mucho jengibre (planta que odio, por cierto), pero a la vez suave, reconfortante. Mi cara debió de ser un poema porque Andrea comenzó a partirse de la risa. Risa que detuvo cuando lo probó ella también. Coincidíamos en que no era un té que nosotras hubiesemos pedido. Michael, que observaba todo con aire ¿divertido? (era dificil saber qué pensaba Michael), nos invitó a echarnos sobre el té lo que la señora había puesto sobre la mesa.

¿El perejil, los cacahuetes, la cebolleta y las galletas? ¿todo? ¿junto? ¿seguro que no tiene un orden?

Negando con la cabeza comenzó a servirse cosas sobre su té. Y sí, lo mezclaba todo. Cebolleta y galletas, perejil y arroz inflado, y muchos palitos que él se empeñaba en llamar churros (seguro que él no había probado un churro en su vida...).Té típico de Guilin, China (paso 1)

Té típico de Guilin, China (paso 2)

La primera cucharada que tomamos del té (y todos sus sacramentos) nos hizo torcer tanto el gesto, que cualquiera hubiese pensado que estábamos comiendo el peor plato del mundo. Pero, curiosamente, tras haber tragado la primera cucharada nos apeteció tomar una segunda y, después, una tercera.

Después de la cuarta, pensé que no volvería a tomar otra más. Esa mezcla era tan amarga, y tan rara, que me daban arcadas.

Y, de nuevo, curiosamente, segundos después de haber tenido ese pensamiento me apeteció otra cucharada. El contraste de lo dulce, con lo salado, con lo amargo, era una sensación más que curiosa, ¡incluso buena! Pero, y luego lo contrastaría con Andrea, lo realmente bueno de ese té es el sabor que te dejaba en la boca una vez tragado. Por eso siempre queríamos más. Le habíamos cogido el gusto a eso del té típico de Guilin, y aunque cada cuchara parecía la última siempre volvíamos a por más.

Té típico de Guilin, China (paso 3)Nos habíamos tomado ya unos tres tazones de té cada uno con sus respectivos añadidos (¡y eso que ya habíamos comido!) cuando decidimos que no podíamos más. La señora, muy contenta aunque creo que algo decepcionada (porque todavía quedaba más de la mitad de la tetera) retiró los platos y sonrió orgullosa. Parecía contenta de enseñarnos algo tan suyo.

couchsurfers disfrutando del té típico de GuilinSin duda, el té típico de Guilin fue una de las mayores experiencias y descubrimientos del viaje. La pequeña decepción que nos llevamos con Guilin al llegar la noche anterior fue de pronto olvidada. Y aunque Guilin no fue, para nada, el mejor destino del viaje, sí que consiguió sorprendernos.

Por eso, si vais a visitar Guilin no perdáis la oportunidad de tener esta experiencia. Si conocéis a alguien que vaya a hacerlo, compartid esta entrada con ellos. Estoy segura que no le decepcionará.

* Justamente después de la experiencia recordamos que hay una estafa muy extendida en China. En general chicas, que hablan inglés, te "invitan" a tomar té a un local y luego te cobran muchísimo por dicho té. En el momento no pensamos en esta estafa (¡y menos mal!), pero hay que tenerla en cuenta si alguien de la calle se te acerca y te ofrece algo similar. Afortunadamente, Couchsurfing es una página de gran prestigio y ofrece mucha seguridad respecto a los contactos que se establecen. El té nos costó 24 RMB en total.

2016-01-17T18:52:25+01:00

About the Author:

¡Hola! Soy Patricia. Viajo sola desde 2014, cuando cargando mil miedos en mi mochila dejé mi trabajo en una farmacéutica y me marché al Sudeste asiático sin billete de vuelta. Ya he recorrido sola 4 continentes. Enamorada de viajar sola, lento y a dedo, y luchando por sentirme cada vez más libre, ahora me dedico a animar a otras mujeres a hacer lo mismo siendo cabeza y manos del blog Dejarlo Todo e Irse.

4 Comments

  1. […] sido ya una aventura si nuestro amigo couchsurfer Michael no hubiese estado allí para ayudarnos. ¡Cuánto nos enseñó Michael! Los horarios de los trenes pueden verse por internet, pero comprarlos es otro cantar, ya que […]

  2. Anonymous at 20:31 - Reply

    nosotros que no somos de yogures a poco nos venimos de grecia sin probarlo y eso que es famoso .por un casual de ser lo único que nos ofrecían de postre en un restaurante lo probamos y a poco nos hace quedarnos unos días mas para volver a pedirlo ,asi que hay que probar cosas nuevas ...por que no.

    • prisxd at 15:31 - Reply

      Pues sí! Siempre hay que probar cosas nuevas, y más si son típicas de allí. Menos mal que al final probasteis el yogur griego!

  3. David at 02:22 - Reply

    Me gusta probar cosas tipicas en los lugares a donde voy y por eso disfruto de probar muchas cosas. En general mis vacaciones las arreglo a través de avantrip porque de esta manera pueda viajar de una forma económica. Ademas prefiero destinar el dinero del viaje a consumir distintas cosas

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