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Norte de Tailandia: Chiang Mai y Mae Sariang

Tras visitar Sukhothai empecé con el norte de Tailandia, no pudiendo ser otra ciudad la primera que Chiang Mai. La ciudad está en boca de todos y, además, dos amigas mías granadinas estarían por la ciudad durante una semana ¡ya va siendo hora de hablar un poquito de castellano! De Chiang Mai paso a Mae Sariang, que me enseñará que las cosas bonitas e importantes de un viaje nunca son cosas, y que muchas veces, lo importante de un viaje no son los lugares, si no las experiencias que vives.

Negociando el precio esta vez, un tuc tuc me lleva hasta la estación de autobuses de Sukhothai. Los 80 baths que me cobraron al venir se convierten ahora en 30 baths. Y es que viajando una aprende de todo... hasta a negociar.

# Llegar a Chiang Mai

Al llegar a Chiang Mai abordo a tres franceses en la estación de autobuses. Según he leído, todos los hostales están en la misma zona y no quiero, de nuevo, volver a pagarme toda una furgoneta para mí. Así que los cuatro compartimos una furgoneta hasta su hostal que, como era de imaginar, está a escasos metros del mío.

Lo mejor de Chiang Mai fue, sin duda, reencontrarme con viejas amigas, las risas, las puestas al día, los zumos de fruta fresca y el poder expresarme, por fin, en mi lengua materna. Aún así, como turismo, fue una ciudad que no disfruté, supongo por el exceso de turistas, de guest houses producidas en serie, sus altos precios y su continua oferta de actividades a precios asequibles. He de decir también, que si vas ajustado de tiempo (y no de presupuesto) es el lugar ideal. De allí saldrán excursiones (packs todo en uno) que por unos 20 euros al día te llevarán de un lado a otro para que no te dejes ningún imprescindible.

Por supuesto, aproveché la visita, y juntas visitamos el Wat That Doi Suthep, que se encuentra en la cima de una montaña (Doi Suthep). El emplazamiento fue elegido por una reliquia de Buda trasnportada por un elefante blanco que vagó hasta detenerse y morir allí (lo que no me extraña porque con el calor que hacía y la cuesta tan pronunciada que tuvo que subir...). También visitamos el centro de la ciudad con sus numerosos templos y dimos una vuelta por el mercado nocturno. Eso sí, la estancia me dejó alguna que otra foto bonita.

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Dos días después, ponía rumbo en una furgoneta roja hacia la estación de autobuses para tomar el autobús que me llevaría a Mae Sariang. Tomar una furgoneta roja es una aventura, ya que tienes que levantar la mano y decir tu destino, si al conductor le cuadra con su destino te dice el precio y te recoge. Si no es así... tendrás que esperar a que llegue otra.

# Llegando a Mae Sariang

Al montarme en el autobús hacia Mae Sariang me di cuenta de que abandonaba lo turístico. Yo era la única occidental, y turista, del autobús. Mis compareños de viaje, casi todo hombres, sin atreverse a hablarme, me miraban divertidos, "¿dónde irá esta chica?" parecían preguntarse.

Llegar al pueblo supone un alivio. Nadie me pregunta si quiero un tuc-tuc, un hostal o un masaje con aceite. Tranquilidad. También desconcierto. No tengo ningún mapa de la ciudad y aquí nadie parece interesarse por mí. Por suerte, la estación de autobuses parece encontrarse en el centro del pueblo y cerquita de ella hay un mapa explicativo. Un mapa muy thai, eso sí, que me cuesta un ratito descifrar. Pero tengo suerte, y el hostal que recomienda la guía no está nada lejos de ahí.

Me siento feliz. Parece que esté tocando un trocito de Tailandia que no todo el mundo ha tocado. Como en un puestecito callejero, descanso, observo el río (el gran atractivo del pueblo) y echo unas fotos. Es una pena, porque lo bonito del pueblo que es el río ha sido cubierto por guest houses, bares o pequeños comercios. La señora de mi hostal me informa que es miércoles y que, cerquita de allí, tengo mercado. "Cheap food. Good food. Go, go". No me lo pienso y llego andando hasta allí, donde vuelvo a ser la única occidental. Miro con curiosidad el ritmo, cómo trabajan, cómo venden, cómo cocinan. Un chico que compraba unos dulces me ofrece uno de los suyos. Está bueno, pero no sabría decir qué es.  Con mi patosa pronunciación le doy las gracias. No compraré eso, pero probaré otros dulces. Hoy tengo el día goloso.

Mercado miércoles Mae Sariang wednesday market

Probé estos...

 Mae Sariang wednesday market OLYMPUS DIGITAL CAMERA OLYMPUS DIGITAL CAMERA

Al día siguiente, de par de mañana alquilo una bici. El paisaje es precioso pero después de dos horas estoy hecha polvo. El calor me está matando. Sin darme cuenta he dejado de disfrutar el pedaleo. A la noche, conociendo a una belga aprenderé que Tailandia no siempre es lugar para bicis. Nos llevamos bien, es simpática, optimista, feliz. Me gusta cómo ríe. Le hablo del parque nacional al que no pude llegar con la bici. Después de comer algo me invita a pasearnos con su moto e intentar alcanzar aquel parque nacional del que hablo. Está lejos. Una auténtica locura intentar conseguirlo con la bici y con ese calor. Pero es tarde y no tenemos mucha gasolina.

mae sariang

Volvemos a la ciudad, nos paseamos con la moto y subimos hasta un buda en las montañas, al que también intenté sin fortuna subir con la bici, donde disfrutar del atardecer. Mientras el sol desciende, siento como si mandase el sol hacia España, a todos vosotros. Y es que todo parece más bonito desde una moto, sin sudar cada paso.

SAM_1087_1 atardecer en mae sariang

Saskia me convence para quedarme un día más e intentar alcanzar el parque nacional. Y como suena bien, acepto la proposición. Ese día aprenderé que las cosas importantes no son cosas. Y que, muchas veces, en un viaje lo importante no son los lugares, si no las experiencias. Ese día no vimos nada, pero vivimos muchas cosas. No sé qué esperábamos del parque nacional; animales, ríos, pájaros... pero no encontramos nada de eso. Nos encontramos a las dos, riéndonos por no saber dónde estábamos. Y encontramos el último pueblo de la carretera del parque nacional, donde después no hay nada más. Un pueblo pequeño, donde todo parecía andar a otra velocidad. Donde los lugareños nos miraban pero no nos decían nada. Donde los animales, cerdos, gallos, gallinas, perros y ranas danzaban a sus anchas. Donde a nadie parecíamos interesarles. Buscamos una tienda donde hacer un poco de gasto, comprar algo de agua y algo de comer, pero no encontramos nada.

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Fuimos entonces en busca de una cascada que nunca encontramos. Pero fue en el camino donde hablé con un montón de niños y una señora que parecía sacada de una tribu de la montaña. Donde en una gasolinera que ya no funcionaba reímos con un montón de lugareños que nos avisaban de la lluvia que nos pillaría de camino si no corríamos, y donde, por fin, de nuevo en el guest house, algo mojadas por la lluvia, disfrutaríamos del atardecer a orillas del río para huir después de la explosión de polillas. Las cosas que no son cosas. Que el viajar no es un lugar, si no experiencias. Y todo lo que me enseñó Mae Sariang.

hablando con una tribu de tailandia

Y es que, como en Gran Hermano (y perdonarme el chiste malo), las cosas viajando se intensifican. Se magnifican. Y parece imposible, que lo que me siga pareciendo lo más difícil de todo sea el tener que acostumbrarte a decir adiós. A personas que conoces de poco, de días, de horas, pero parece como si todas las personas se llevasen un poquito de ti. La parte buena es que también dejan mucho de ellas. Y me quedo con su risa, con su optimismo y su buen humor, y no me queda más que preguntarme, entonces, qué se habrá llevado ella de mi.

Presupuesto del día Chiang Mai: 409 baths = 9'29 euros

Tuc-tuc Sukhothai a estación de autobuses= 30 baths

Autobús Sukhothai- Chiang Mai: 329 baths

Furgoneta compartida estación Chiang Mai- hostales= 30 baths

Alojamiento: 110 baths

Mae Sariang: Presupuesto del día: 504 baths = 11'45 euros

Furgoneta a la estación de autobuses de Chiang Mai: 40 baths

Autobús Chiang Mai - Mae Sariang: 189 baths

Alojamiento: 150 baths/noche

Alquiler moto= 150 baths (/2)

Gasolina= 100 baths (/2)

2016-01-16T23:50:36+01:00

About the Author:

¡Hola! Soy Patricia. Viajo sola desde 2014, cuando cargando mil miedos en mi mochila dejé mi trabajo en una farmacéutica y me marché al Sudeste asiático sin billete de vuelta. Ya he recorrido sola 4 continentes. Enamorada de viajar sola, lento y a dedo, y luchando por sentirme cada vez más libre, ahora me dedico a animar a otras mujeres a hacer lo mismo siendo cabeza y manos del blog Dejarlo Todo e Irse.

13 Comments

  1. Cinta at 16:52 - Reply

    Ai! Me ha encantado este post!
    Recuerdo que muchas veces, sobretodo al principio y cuando no teniamos presion de "no nos queda tiempo y queremos ver muchas cosas", tambien acababamos cambiando rutas por la gente que conociamos. Y creo que esos son los mejores recuerdos que tengo. Y miro las fotos y me acuerdo de pequenyos (no tengo enye!!!) detalles tontos de cada una de esas personas que se te van cruzando por el camino... y se me pone la sonrisa en la cara.
    Todavia mantengo el contacto con algunos de ellos, algunos mas que con otros, claro, pero te sorprenderia la de historias que pueden salir de encuentros casuales! (o quizas a estas alturas ya tu misma te has hecho a la idea y sabes de lo que te hablo.. 😉 )
    Me encantan tus historias! Y me das mucha envidia, buena y mala! Gracias por hacerme revivir mis historias a traves de tus blogs 😉

    • prisxd at 12:53 - Reply

      Hola Cinta!!! Sí!!! La verdad es que estoy conociendo a mucha gente! Y lo bonito es que de todas aprendes algo 🙂 La pena llega al separarte, pero bueno... significa que has conocido a alguien que merece la pena. Pues mis historias siguen..:! Ahora desde Camboya! 😀 😀 Un besitooo

  2. […] de la gente que conoces en un viaje y la menos importancia de los lugares que visitas. Pensé en mi paso por Mae Sariang y no pude hacer otra cosa que darle la razón. Decidí ahí, que si en un momento dado creía que […]

  3. Anónimo at 10:35 - Reply

    SIMPLEMENTE TODO
    ESPECTACULAR

    • prisxd at 12:12 - Reply

      ¡GRACIAS! 😀

  4. katia at 22:40 - Reply

    Preciosas fotos!!! Y precioso texto. Me encanta leerte.
    Un beso pat.

    • prisxd at 12:11 - Reply

      Jajaja. Al final te van a gustar más las fotos! 😛 Me parece bien..poco a poco le voy cogiendo el gustillo a la cámara y la verdad que le voy pillando el truco. Un beso enorme kat! :*

  5. Anónimo at 21:17 - Reply

    muy bonitas las fotos y todas las experiencias que estas viviendo un beso y cuídate mucho

    • prisxd at 12:10 - Reply

      ¡Gracias! Me cuido mucho ¡y bien! Así que no os preocupéis 🙂

  6. Me alegro mucho de que todo vaya bien. Me parece muy bien expresado cuando dices que muchas veces lo importante son las experiencias. A
    seguir disfrutando

    • prisxd at 12:09 - Reply

      ¡Gracias! Mae Sariang fue el ejemplo clásico: no llegamos a ver "nada", pero disfrutamos muchísimo del día. ¡No lo dudes que seguiré disfrutando! 🙂

  7. Anónimo at 18:02 - Reply

    Que guayyyy!!!!! Como disfrutas gracias por escribir y hacer sentirnos un poco más tailandeses como va el tema del golpe de estado?

    • prisxd at 12:08 - Reply

      Gracias a ti por leer! El golpe de estado únicamente se percibe, al menos en el Norte, en el toque de queda, así que va bien. 🙂

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