Nadie discute que saber sobre los pinchos y sus juevintxos es importante cuando uno vive en Pamplona. Pera nadie discute tampoco que algo que todo el mundo debe conocer de Pamplona se esconde en una pequeña tienda de la Calle Estafeta: los garroticos de la Beatriz.
Hasta el otro día, siempre había pensado que la calle Estafeta era simplemente la calle del encierro. Sin embargo, en estos últimos meses he descubierto otra Estafeta: la de los pinchos, de las cervecicas con los amigos y la Estafeta de los garroticos de la Beatriz.
Y la historia de cómo conocí yo los garroticos de la Beatriz comienza, como casi todo, por casualidad.
Volviendo del trabajo, decidí pasarme por la Estafeta para visitar a unas amigas. Cuando ya casi llegaba a su piso me sorprendió un olor delicioso. Eran las siete (hora de merendar) y crucé los dedos para que el olor que me daba en la nariz en ese momento saliese, por favor, de casa de mis amigas. ¡Qué sorpresa cuando vi que, por supuesto, el olor no venía de ahí!
Al comentar mi desilusión vinieron las caras de sorpresa.
¿Qué no conoces la Beatriz?¿Y tú dices vivir aquí?
¡Ouch! Ese comentario duele. Mi negativa todavía les sorprendió más.
¿No has visto la fila de la calle?
Y dale con las preguntitas... Pues no, no y no. No me había fijado en nada. Bueno sí, en el olor. Ese olor...
Salí a la calle y ahí estaba. Un discreto y desaliñado escaparate a escasos 20 metros, con una fila que, según dicen, cada día sorprende. Hacía mucho frío en la calle y a ellos parecía no importarles. ¿Por qué debía importarme a mí?
Como cabía esperar, decidí entrar y comprar unas cuantas pruebas del "delito", ya sabéis, por el simple hecho de que no me lo contasen.
Si a mí en el fondo... ¡no me gusta el chocolate!
Palmeritas y mini- "garroticos" de chocolate (Napolitanas para el resto de la península). En el interior se respiraba calidez y artesanía en estado puro.
Yo no podría decir si son los mejores que he probado en mi vida o no, pero lo que sí puedo asegurar es que no puedes comerte sólo uno y ¡son los que más chocolate tienen!
Quizás un amigo mío tenía razón, y lo necesario al montar un negocio era pagar una cola. Sí, gente que esperase para "comprar" en tu tienda. A mí, aunque loca, me pareció una gran idea. La gente llama a la gente. Y a las pruebas me remito, como en el caso del famosísimo Gemüse Mustafa Kebab o los riquísimos crêpes del pequeño puesto de la parada UBahnhof de Stuttgart, de los cuales yo nunca había oído nada pero los probé curiosa por la fila de personas que esperaba.
Si pasáis por la Estafeta, no lo dudéis. Parad y comprar unos garroticos... ¡nunca fallan! ("¡Ni faltan! Y es que, según dicen, cocinan una media de ¡2400 garroticos al día!)
estos comentarios hacen que una se levante a las cinco de la mañana a hacer garroticos sin pereza y con ilusión gracias a todos as por hacer que este trabajo sea tan enriquecedor gracias lourdes
Hola Lourdes!
Me alegro de que estos comentarios te hagan más feliz 🙂 Te aseguro que tus garroticos también han animado y hecho más feliz a mucha gente. Un abrazo.
Gracias a ti Lourdes!.
Es un honor para mi contar con tu amistad. Un día nos elegimos una a la otra por la profesionalidad, y gusto por nuestras las creaciones artesanas: bellas y ricas, ( cada una en su estilo).
Ahora hay un trocito de nuestro corazón en esa pieza de arte que decora tu casa. Nosotros, mientras, te seguimos fieles y, en nuestras celebraciones tus garroticos ¡sempre encuentran algún nuevo paladar a quién sorprender...¡ aunque he de reconocer que eso cada vez es más difícil.
Musu haundi bar!.
Marián
Y Agustín Aguirre Taller Artístico
Impresionante... Nunca hubiera pensado que no lo conocieras, pero me alegro mucho que tu estancia en Pamplona te haya llevado a descubrir semejantes delicias!! Ahora cuidado, que enganchan!!
La pinta la tiene estupenda, ya sabes...
algun dia nos traes para probar y dar nuestro visto bueno.
besos.
kat
no te habra pagado beatriz ja ja como tu amigo a la fila ....es broma .....pero seguro que si beatriz lo lee le gustara un beso