En los 6 días que pasé en la capital de la isla me quedó claro; hay una Palma divertida, playera, relajada, fiestera, turística y local. Pero, ante todo, ¡hay una Palma de Mallorca para comérsela!

Aunque yo había hecho los deberes antes de viajar a Palma de Mallorca y había preguntado a mis amigos las 10 razones por las que viajar hasta allí, supongo que lo que más me sorprendió de todo fue su gastronomía. Me pasé los 6 días comiendo, probando comidas diferentes a las de la península y disfrutando con cada bocado. Y es que sí, son cosas que pasan cuando una viaja allá donde tiene amigos que se conocen los mejores lugares, los mejores platos y que saben que su compañía disfruta comiendo. Pero no sólo hubo tiempo para comida, por lo que no me quiero olvidar de la bebida. Porque el título de esta entrada bien podía llamarse una Palma de Mallorca para comérsela (¡y bebérsela!).

Como no sólo de ensaimadas vive Palma de Mallorca, quiero haceros un pequeño tour por aquellos lugares o platos que descubrí durante mis días en Palma y que son imprescindibles si un día decides visitar la ciudad.

 DESAYUNAR EN PALMA DE MALLORCA

Can Joan de S'aigo

Un clásico de Palma donde poder disfrutar de un desayuno que te cargue de energía para las actividades del día. Sus especialidades son el helado casero de almendra (muy típico en Palma) así como el de fresa, y para comer puedes lanzarte con un trozo de cuarto, un bizcocho muy fino y esponjoso, el rubiol, un dulce similar a una empanada que puedes encontrar rellena de diferente sabores (tanto dulces como salados) y que yo probé con una mermelada algo amarga, o la famosa ensaimada. Pero si eres un poco más aventurera, te recomiendo no conformarte con la ensaimada de toda la vida y que te lances a probar la ensaimada de tallades, una ensaimada con sobrasada de chorizo y fruta escarchada. Muy curiosa, potente para un desayuno ¡pero muy rica!

Disfrutar de 2 helados caseros, un cuarto, un rubiol y una ensaimada de tallades en este curioso local abierto al público desde 1700, te costará unos 10 euros.

Forn de la Missió

Para aquellos días en los que te apetece algo más económico, qué mejor plan que comprar algo de una panadería y desayunar en casa. Particularmente, me encantaron los cremadillos de chocolate de esta panadería, la verdad es que merece la pena callejear un poco para comprar en lugares menos turísticos. Y es que sí ¡en sólo 6 días me hice toda una experta de cremadillos de chocolate!

COMER EN PALMA DE MALLORCA

 Celler Sa Premsa

Decorado con muebles rústicos, barricas de vino y carteles de corridas de toros, este restaurante tiene fama de ofrecer unas de las mejores comidas mallorquinas calidad precio. Y la verdad es que nos pusimos las botas por unos 15 euros por persona. Allí probamos el famoso frito mallorquín (víceras troceadas y frítas con patata), que estaba rico a pesar de no ser una amante de las vísceras, el tumbet (un plato de temporada que me encantó y que recomiendo), la sepia a la mallorquina, las sopas mallorquinas y el lomo con col.

Tumbet, frito, Sepia a la mallorquina, Lomo con col y Sopas mallorquinas

Como colofón; Greixonera de brossat, una tarta de requesón y tres chupitos de hierbas mixtas, llamados muchas veces como su marca comercial, Tunel.

Bar D'es mercat

En el mercado de Santa Catalina, para aquellos que busquen algo diferente o saber qué es lo que comen. En este mercado, algo turístico, tienes la posibilidad de comprar lo que quieras en uno de sus puestos y llevarlo a este bar-restaurante donde te lo cocinarán a la plancha con mucho cariño, mucho estilo y mucho sabor. Hay pocas comodidades y suele estar lleno, pero es la forma más barata y curiosa de comerte una buena mariscada, un buen chuletón o unas verduritas a la plancha, ya que el precio por cocinarlo es de 3 euros por persona.

¿NECESITAS REFRESCARTE?

Cafè Botiga es pes de sa palla

El lugar perfecto para tomarte una Pep Lemon, una bebida de limón muy refrescante y colaborar con la asociación de Amadip Esment por la inserción de personas con discapacidad.

No es barata, sale a unos 2'5 euros, pero está muy buena y es una buena alternativa al típico refresco o a la cerveza.

Ca'n Miquel

Variedad y calidad en los helados de esta heladería tradicional. Perfecta para sentirte creativa y probar nuevos sabores como el de roquefort o ser más conservadora y sumergirte en los diferentes tipos de chocolate. Ideal para mezclarte con la gente de Palma, sentarte un ratito a escondidas del sol y refrescarte por dentro.

CENAR EN PALMA DE MALLORCA

 Bodega Bellver

Si todavía no sabes qué es un llonguet es que no has estado en Palma de Mallorca, o quizás... no en el lugar adecuado. El llonguet,  es un bocadillo hecho con un pan artesano de corteza dura y miga consistente típico de Palma. Es algo tan de Palma que los palmesanos han sido y son conocidos como llonguets. Puedes comerlo con muchos tipos de rellenos (lomo y pimientos, queso de cabra y mermelada, sobradada,...) y aunque en un primer momento parezca pequeño ¡no te fíes! Al ser un pan tan contundente, con uno tendrás más que suficiente... aunque entiendo que quieras probarlos todos!

¿El colofón? Un buen vaso de palo, un licor típico mallorquín con cierto sabor a regalíz. Una cena en Palma de Mallorca por unos 10 euros muy recomendable.

Ruta Martiana de Palma de Mallorca

¿Es martes y estás en Palma de Mallorca? Pues tengo un plan para ti. Y es que hay unos cuantos bares de Palma que han realizado una ruta donde un zurito y un pincho te sale por 2 euros. Algo muy parecido al juevintxo pamplonés. Una buena forma de cenar, sociabilizar y cogerte el puntillo.

BEBER EN PALMA DE MALLORCA

La sifonería

Entrar en la Sifonería es entrar en otro mundo, una España ya olvidada, un pasado ya lejano. La sifonería es un pequeño bar alargado, de luz tenue, sobrecargado de recuerdos pasados de moda, cajas y botellas de sifón. Al fondo, una pantalla en blanco y negro emite los mejores momentos de una película de José Luis López Vázquez en bucle mientras Juan Carlos, el propietario, pincha canciones seleccionadas para cada uno de sus clientes de antiguos discos de vinilo. Las cajas de colores sirven de asiento a aquellos que esperan un vermuth, un moscatel o una mistela que será servida con cariño y regada con un buen sifón.

Pero la sifonería todavía esconde algún secreto más; una Fontana de Trevin, una habitación azul y una ofrenda al padre Sifón por las murallas de Palma... unos secretos que sólo algunos elegidos serán afortunados de descubrir. Una experiencia que todo el mundo debería vivir.

¿Hambre? No lo dudes ¡Palma de Mallorca está para comérsela!

Si todavía quieres descubrir nuevos lugares, te recomiendo la página Cómete Mallorca, que tiene muchísima información al respecto.

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