Una amiga nos hizo un recorrido para que pudiésemos aprovechar al máximo nuestro tiempo en Hong Kong ya que apenas teníamos un día. El segundo queríamos aprovecharlo para ir a la isla de Lantau, y la verdad es que la recomendación fue todo un éxito. Esto es todo lo que pudimos ver en un día en Hong Kong.
En la ultima entrada, os introduje Hong Kong. Pero sobre todo hablé de sensaciones, de impresiones. Aunque Hong Kong no despertase en mí un sentimiento especial, tiene por supuesto muchas cosas que visitar.
El tour comienza cogiendo el metro. El metro en Hong Kong no es caro comparándolo con cualquier ciudad europea pero, como todo, carísimo comparándolo con el resto de China. El billete cuesta 11 HK$ ( 1'1€) y es de los más complicados que he conocido. Una vez en el metro nos dirigimos hasta la parada North Point para, una vez allí, tomar el TRAM.
El tranvía es una buena forma de descubrir el norte de la isla de Hong Kong siempre que tengas tiempo. Según he leído, circulan por sus calles desde 1904, y montar en él cuesta 25 céntimos (2'3 HK$) independientemente de donde quieras bajar. Lo curioso es que montas por la parte de atrás, y se paga a la salida (por la parte delantera), siempre con cambio exacto ya que, como en el autobús público del aeropuerto, el dinero lo introduces en una hucha.
Con un poco de suerte, y mucha paciencia, fuimos haciéndonos un huequecito entre los locales desde la parte trasera del tranvía. Primero hasta el piso de arriba, para después ir adelantando puestos y colocarnos en los asientos delanteros. De esta forma, y tal como nos recomendó nuestra amiga, pudimos disfrutar el cambio de ambiente y construcción desde el barrio de North Point hasta llegar a Central, la parte más financiera y con los edificios más sorprendentes de Hong Kong.
Desde
Central, nos dimos un pequeño paseo hasta
Admiralty cual hormiguitas entre aquel bosque de edificios.
Buscamos el
Victoria Peak Tram, atracción turística imperdible que recomendaban todas las guías, y compramos el billete (40 HK$). El tranvía asciende 100 metros de altura en apenas 5 minutos, y el grado de inclinación que alcanza es realmente increíble. El tranvía llega a una especie de centro comercial (
¡aprovechan cada ocasión imaginable para montar uno!) del que nos costó salir. Desafortunadamente, el clima no acompañó, y cuando llegamos a la cima, había tanta nube que era imposible apreciar nada.
Las vistas se parecían a esto
Esta vez, para cruzar a Kowloon decidimos no tomar el metro y tomar otro medio de transporte más especial. Con más encanto. Esta vez, por unos 25 céntimos, cruzamos en Ferry. Una vez descubierto, la pregunta era cómo alguien podía tomar el metro para cruzar el mar de Hong Kong. Quizás es un poquito más lento que el metro, pero sin duda, merece la pena. Por la tranquilidad que se respira, por viajar por la superfcie, por las vistas y por el precio. Nosotras, sin duda, no necesitábamos más razones.
Llegamos a tiempo para ver el espectáculo de luces que tiene lugar a las ocho de la tarde. El skyline se tiñe de color (todavía más) y sus luces se mueven al ritmo de la música. Un espectáculo que de no estar avisadas hubiese pasado totalmente desapercibido por su poco atractivo. Si pasas por ahí, disfrutalo (es de lo poco gratis que hay para hacer en Hong Kong), pero la verdad es que no vale mucho la pena.
Ya de noche fuimos a
Temple Street, un mercado nocturno en el que puedes encontrar de todo. Nosotras, que más que compradoras somos buenas
gourmets, buscamos por los alrededores un sitio donde cenar. Allí había varios puestos callejeros, no aptos para maniáticos de la limpieza, y rebosantes de gente. Comimos un par de platos regados con un par de cervezas acompañadas de dos chicas jóvenes chinas que se hincharon a marisco. Cenadas, y cansadas, nos fuimos ya para nuestras queridas
Chunking Mansions a dormir: habíamos cumplido nuestro listado de objetivos de cosas que ver en un día en Hong Kong.
Atención a los pollos sobre nuestras cabezas...
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[…] Ya con el postre en el estómago, continuamos con nuestra visita. […]
[…] en cuenta que sólo teníamos dos días planificados en Hong Kong, y uno lo queríamos para visitar la ciudad, teníamos que elegir nuestra isla destino. Así, nos decidimos por la Isla de Lantau. Y decidimos […]