¿Una ruta de 15 días en Islandia?

Desde el momento que acordaba que mi viaje duraría "sólo" 15 días supe que probablemente estaba cometiendo un error. Desde que dejé el trabajo en la oficina y me puse a viajar, admito que me he acostumbrado a viajar lento e intentar visitarlo "todo" en poco tiempo cada vez se me plantea más complicado. Además, tal y como os conté, me movería en autostop y tenía la certeza de que Islandia era un país apasionante, por lo que algo me decía que no tendría tiempo suficiente para disfrutar al máximo el país.

No me equivoqué. Islandia me sorprendió en cada rincón, el autostop ralentizó un poco los desplazamientos y me confirmó que hay mucha Islandia para recorrerla "sólo" en 15 días.

Sin embargo, y a pesar de esto, me gustó la ruta de 15 días en Islandia que realizamos y la disfruté muchísimo. Aunque admito que me hubiese quedado un mes, la ruta de 15 días en Islandia que hicimos es muy completa, nos ofreció una visita bastante bonita del país y nos dejó la sensación de conocer el país sin tener que correr y darnos tiempo para disfrutar todos los paisajes. Sin dudarla, se la recomendaría a cualquiera. Aunque, por supuesto, y como siempre pasa, todavía más cuando no se planea y se diseña y rediseña en el camino, me quedaron algunas cosas en el tintero.

Aquí os describo la ruta de 15 días en Islandia que hicimos nosotros aunque, por supuesto, está abierta a mejoras si queréis dar algún dato en los comentarios.

GOLDEN CIRCLE O CÍRCULO DORADO (2-3 DÍAS)

Nuestra idea estaba bastante clara antes de llegar al aeropuerto de Keflavik, a unos 45 kilómetros al sur de Reykjavik: empezaríamos a hacer dedo desde el propio aeropuerto (escribiré un artículo sobre hacer dedo en Islandia durante los próximos días) en dirección al círculo dorado. Como casi todos los viajeros cuando comienzan un viaje, llegábamos con muchas ganas de descubrir y de movernos, de caminar, así que decidimos dejar Reykjavik para descansar al final.

El círculo dorado es una excursión  que muchos turistas realizan desde Reykjavik, que incluye Þingvellir, Geysir y Gullfoss, y que visitan en un sólo día. Para ser sinceras, era de lo poco que conocíamos sobre Islandia antes de comenzar el viaje, por lo que decidimos que nos lo tomaríamos con calma y le daríamos algo de tiempo.

Si algo nos apasionaba, nos quedaríamos a dormir allí, al fin y al cabo, si mucha gente coincidía en que era de las zonas más increíbles de Islandia seguramente tendrían razón. Además, tampoco sabíamos lo fácil o difícil que sería llegar hasta allí en autostop.

DÍA 1: CASA DE LAXNES Y PARQUE NACIONAL DE ÞINGVELLIR

El autostop fue mucho mejor de lo imaginado, compramos comida en las afueras de Reykjavik, cambiamos euros a coronas y, un simpático islandés que vivía en un pueblecito a las afueras de la capital nos llevó hasta la casa-museo del escritor islandés Halldór Laxnes. Decidimos no entrar (hasta el momento ni siquiera sabíamos de su existencia) pero vimos un par de rutitas que salían desde allí y, sin dudarlo, tomamos una de ella. Paseamos (mochilas al hombro)  unos 6 kilómetros al lado de un río, montañas verdes y soledad absoluta hasta llegar a una bonita cascada. Aunque quizás era menos espectacular que todo lo que nos esperaba, ante la tranquilidad y soledad barajamos la idea de quedarnos a dormir allí, pero era demasiado pronto y decidimos seguir hacia Þingvellir (pronunciado Thingvellir /Cingvellir/).

Sin mucha complicación, con un francés con el que volveríamos a encontrarnos más de 5 veces en los 15 días en Islandia, llegamos a  Þingvellir. A decir verdad, el paisaje de Þingvellir no me impresionó. Era bonito, pero había mucha gente y llovía. (Poco a poco iría entendiendo que estaba en Islandia, y que si quería disfrutar de la Isla de hielo tendría que acostumbrarme, pero comprendedme, era mi primer día y ya me había llovido más de 10 veces.)

Como os decía, no me pareció nada especialmente maravilloso hasta que, con algo de ayuda del centro de visitantes, fui entendiendo qué era lo que tenía frente a mí y su importancia.

El valle de Þingvellir es la herida abierta de la tierra por la que surgió de los océanos la isla de Islandia. Lo realmente bonito de Þinvellir, a mi parecer, está en sus profundidades, en lo que esconde, o, realmente, en lo profundo que muestra, ya que es el lugar donde comenzó todo y donde se separan las placas tectónicas americana y europea (Noramérica y Eurasia) y te permite, de una forma casi poética, estar en dos continentes a la vez, o, por el contrario, en mitad de ninguno.

Se nos hizo algo tarde, estábamos cansados y no queríamos correr, así que, esa noche, decidimos pasarla en el camping del parque para retomar el próximo día dirección a Geysir y Gullfoss.

DÍA 2: GULLFOSS, HAUKADALU, STROKKUR Y GEYSIR

Gullfoss y Geysir son dos de las joyas de Islandia de las que todo el mundo habla, están muy cerquita la una de la otra y hay que visitarlas.

Gullfoss o la cascada dorada: (Foss significa cascada y verás cómo se repite una y otra vez en tu ruta de 15 días en Islandia) es una cascada impresionante de dos niveles que parece perderse en el centro de la tierra. Como pasa a menudo, muere un poco de fama y si buscas algo de soledad o tenerla para ti, Gullfoss no es tu cascada.

Volviendo de Gullfoss paramos en Haukadalu, famoso por sus fuentes termales. Presume particularmente de Geysir, la fuente que dio nombre al resto de géiseres del mundo y que, según fuentes, llegó a alcanzar los 60 ó 80 metros de altura. A su lado está Strokkur, una fuente de menor tamaño pero que "explota" cada, apróximadamente, 10 minutos.

Merece dedicarle un tiempo a todo el parque para disfrutar no sólo de estos dos géiseres si no también del resto de pequeños géiseres, algunos con unos colores azules realmente intensos. Por eso, y porque realmente queríamos ver "explotar" al "gran" Geyser, nos quedamos a dormir en el camping cercano Haukadalu. Lamentablemente, Geyser decidió no sorprendernos (me enteraría después, escribiendo este artículo, que Geyser llevaba más de 50 años sin explotar...¡demasiada suerte necesitábamos!).

Cerquita, en dirección a una pequeña iglesia siguiendo un paseo que sale de uno de los parkings del pueblo encontramos una pequeña poza donde darnos un pequeño baño: quizás no es una experiencia apta para todo el mundo ¡pero nosotros la disfrutamos muchísimo!

DÍA 3: VOLCÁN KERID, SELFOSS Y HVERAGERDI (REYKJADALUR)

Tim, un chico alemán que llevaba un año trabajando en Islandia, nos recogió en la carretera para llevarnos a Selfoss donde comenzaríamos la vuelta a la isla, y nos completó el círculo de oro y el tercer día de viaje que no teníamos planeado.

Contento de poder enseñárnoslo, detuvo el coche en Kerid, un volcán con un lago en el interior que nos sorprendió muchísimo. Como pequeña pega, decir que la entrada cuesta 400 coronas (es el único lugar natural en el que tuvimos que pagar en Islandia), pero merece la pena. De todas formas, si vas para el norte, puedes ver algo muy similar en Krafla, cerca del lago Myvatn,  ascendiendo al volcán Viti (también sencillo, y gratuito).

Después nos dejó en Selfoss, un pueblecito pequeño con todas las facilidades, perfecto para realizar compra o dar una pequeña vuelta, no sin antes recomendarnos Hveragerdi, Reykjadalur y su río de agua caliente. No habíamos escuchado ni leído nada al respecto (por eso de que fuimos sin muchos planes) y cuando nos dejó caer la idea no lo dudamos.

Hveragerdi está a unos 12 kilómetros de Selfoss (y 45 de Reykjavik), es conocido por ser una zona de invernaderos debido a su clima y su energía geotérmica, pero lo que realmente nos encantó fue su trekking de una hora y media hasta Reykjadalur, un río de aguas calientes. No es un lugar secreto ni estarás sola, pero, personalmente, fue uno de los mejores lugares del viaje, independientemente del frío y de la lluvia (¡otra vez!).

¿QUIERES SABER CÓMO CONTINÚA LA RUTA DE 15 DÍAS EN ISLANDIA?

Este artículo forma parte de un conjunto de artículos sobre Islandia. Para continuar leyendo sobre mi ruta de 15 días en Islandia pincha en el siguiente enlace:

Ruta de 15 días en Islandia: Ring Road, Ruta circular o Ruta 1.