Dudan si visitar Mérida o no, pero después, todo el mundo se quiere quedar ¡algo tendrá!
- Meridano tras meridano
Llegaba a visitar Mérida de la mejor forma que se puede llegar a una ciudad; con una invitación de tres días a casa de una couchsurfer que vive en el centro. (¿Todavía no sabes qué es Couchsurfing?). Llegaba de Valladolid, una ciudad casi pueblo, rodeada de cenotes, cercana a Chichen Itzá, que me había sorprendido muy positivamenente. Todo el mundo que me cruzaba y que había pasado por la ciudad me recomendaba visitar Mérida, y aunque había escuchado poco, todo era bueno. Para ser sinceras, intenté no escuchar demasiado por si, al final, como Tulum, resultaba no ser lo que esperaba.
Pero lo fue. Y fue mucho más.
Sin darme cuenta, mis tres días para visitar Mérida se convirtieron en quince. Y todavía ahora, a veces, dudo de porqué me marché. Por eso escribo este artículo; para que dejes de dudar, existen mil razones para visitar Mérida, y tendrás otras tantas para quererte quedar.
Al bajarme del autobús de segunda que me hizo un bonito, y largo, recorrido por la zona, el conductor me sonrió y se despidió de mí diciéndome que había sido un placer conocerme. Esto no me hubiese resultado tan extraño si no fuese porque nuestro contacto se había limitado únicamente a alguna mirada perdida y escurridiza a través del retrovisor. Le sonreí de vuelta, le di la mano como es costumbre aquí en México (lee más aquí sobre mis impresiones tras un mes en Mexico), y me cargué la mochila.
Sin duda, Mérida me recibía con amabilidad. También con ruido. La estación de autobuses estaba como a unas seis calles del centro y, para mi sorpresa, Merida me pareció un caos. Imagino que venía influenciada por la tranquilidad de Valladolid, pero me sorprendió con mucha gente de un lado para otro, tiendas con música a alto volumen , tráfico y mucho ritmo.
Bienvenida a la ciudad, me dije.
Me orienté al instante en esa ciudad de calles numeradas, me moví rápido gracias al peso de la mochila que apretaba en mi espalda y, antes de lo imaginado, llegué a casa de la que sería mi couch. En el trayecto de unas 12 calles, había cruzado, al menos, cuatro plazas arboladas y tres iglesias. Me gustó, me sonreí y me entraron ganas de dejar la mochila en cualquier lado para comenzar a visitar Mérida, esa ciudad que se me antojaba tan rítmica.
Una chica sonriente me recibió al otro lado de la puerta, me mostró la hamaca que sería mi cama los próximos días y comimos sandía. Esa misma tarde, dos desconocidas se hicieron amigas. Sin casi tiempo para reposar, salimos a la calle: Mérida me esperaba. A partir de ahí empezaría a visitar Mérida como (y con) una local.
Confesionarios, bancos típicos de Mérida
Si algo me sorprendió y me encantó de Mérida, es el gran abanico cultural y (casi siempre) gratuito del que presume. En esos casi quince días, visité más de 5 museos, fui al cine, a dos teatros y a una pequeña jam de jazz improvisada por el grupo Sian Ka'an en un parque. Sólo pagué, y hay que decirlo, por uno de los teatros, que, con los ojos vendados, me hizo un recorrido sensorial por la historia de la ciudad de Mérida. Si se repite, está altamente recomendado.
El ayuntamiento provee cada noche, además, un espectáculo dirigido a turistas en el centro de la ciudad que muestra algo más de su cultura y tradiciones: desde bailes y repesentaciones hasta "fútbol" maya. Por si fuese poco, cada tarde y noche, los bares de la calle 62 se llenan de locales y turistas con ganas de beber una cerveza al ritmo de música en vivo de raíces cubanas que suena en sus patios bajo la mirada de la luna y las estrellas. Es algo que tienes que hacer. Si tienes suerte, y la noche se anima, todos acabarán bailando (incluída tú) a pesar del trabajo.
Si estás un domingo, verás que a la tarde la plaza se cierra al tráfico para celebrar un baile donde la mayoría son personas mayores locales que no dudan en sacar a la pista sus mejores pasos. Para la ocasión, la plaza se llena también de puestecitos de comida y marquesitas.
Visitar Mérida es, también, visitar cada uno de sus mercados, como el de San Benito, Santa Ana, Santiago o Lucas de Galvéz, sentarse en cada una de sus plazas para protegerte del sol y disfrutar de un buen libro o de cada persona que pase, donde es muy probable que más de una termine por hablarte.
Visitar Mérida es pasear por la avenida, de aire colonial, Paseo Montejo y llegar hasta el monumento a la Patria donde luce la bandera mexicana. Si te gusta disfrutar de algo más local y más especial, no puedes dejar de visitar el Parque Centenario, donde muchos meridanos van a pasear en familia y ver a los animales en su pequeño zoológico, también gratuito.
¿Un plan especial y particular por el que visitar Mérida? Ve una tarde noche al parque de las Américas y tómate un esquite; una mezcla de maíz hervida, crema, chile, dos ingredientes locos (cacahuetes, doritos, chiles,...) que quieras echarle y una buena cantidad de queso por encima. Parece raro, y lo es, pero verás el amor de la gente de Mérida por este manjar que espera largas filas y que, pese a lo que pueda parecer, está delicioso (eso sí, no es apto para incluirlo en una dieta diaria).
Y, una razón más, innegable e imperdible, para visitar Mérida es poder visitar de sus alrededores. Una razón que, sin duda, necesita otro artículo.
Pero, y para acabar, aunque odie estos tópicos, lo mejor que me llevo es la gente de Mérida. Siempre atenta y sonriente. Porque cada una de las personas que conocí en Mérida hizo que quisiera quedarme más y más. Me hizo sentir especial, con sus charlas, sus bailes y sus propuestas, siempre dispuestas a salir y conocer algo más. A mostrarme más. A, sonriendo y al mismo tiempo en serio, querer ayudarme a encontrar un departamento donde me pudiese quedar.
RAZONES POR LAS QUE VISITAR MÉRIDA
Por si alguien no quiso leer lo anterior y le gustan los esquemas y los datos específicos, aquí, resumiendo, algunas de las razones por las que visitar Mérida.
Los museos de Mérida
Casi todos gratuitos. La casa Montejo, el museo de Arte Contemporáneo (personalmente me encantó), el de arte local, el museo de la ciudad y, aunque a las afueras y algo caro, el museo del Mundo Maya. No puedes dejar de ir al centro cultural Olimpo, en la plaza del Zócalo, donde hay un par de instalaciones y, al menos las dos semanas que estuve yo allí, dos sesiones de cine al día gratuitas.
Vida cultural de Mérida
Por todas sus actuaciones, teatros y actividades que pueden llenar tu agenda si necesita ser llenada. Mérida te ayuda a conocer más sobre la cultura y tradiciones mayas y yucatecas.
Los alrededores de Mérida
Cenotes, pueblos con encanto, playas tranquilas con pescado fresco y reservas protegidas. Por la posibilidad de visitar manglares y flamencos y ruinas mayas increíbles.
La fiesta en Mérida
Mérida tiene una fiesta que, particularmente, es la que me gusta. Fiesta bastante sana, con una proporción bonita entre locales y turistas, música en vivo, cervezas y patios abiertos al cielo. Los precios de la cerveza rondan entre los 25-35 pesos mexicanos.
Una cerveza, bajo la luna y las estrellas, con buena compañía y música es algo que no deberias perderte si quieres visitar Mérida: buenos lugares son "La Negrita", "Pipiripau" o el "Mayab", todos en la 62. Si buscas algo más relajado, y más comprometido socialmente, tienes que visitar Tapanco.
Compras en Mérida
Es un buen lugar para realizar compras algo más específicas que quizás no puedes realizar en otras ciudades de Yucatán.
La gente de Mérida
Si, probablemente estoy sugestionada por el hecho de haber conocido Mérida de mano de una couchsurfer maravillosa, pero tengo que generalizar bastante al decir que conocí gente genial. Siempre con una sonrisa, siempre contentos de verme y proponer planes o invitarme a los suyos. Quizás simplemente tuve suerte (aunque no lo creo).
Comer y dormir en Mérida
Hay muchos lugares para comr en Mérida, fui por recomendación al Trapiche y me encantó. Super céntrico y si pides el menú puedes comer por tan sólo 60 pesos (más propina) una sopa, un plato principal y un agua de fruta.
Hay varios hostales en Mérida. Mis últimas dos noches las pasé en este (link aqui), muy céntrico, tiene vistas a la catedral), está muy cuidado, limpio y barato, con un desayuno completo. También hay bastante opción con Airbnb.
¿Todavía tienes dudas sobre por qué tienes que visitar Mérida?
Aún hay mucho por escribir de Mérida, por siempre te estaremos esperando de vuelta 💞😊 se siente bonito leer tan bonitos recuerdos que te llevaste de la ciudad