Después de visitar Kratie y Kompong Cham me dirigí a Siam Reap, la ciudad dormitorio de los templos de Angkor. Estaba emocionada, contenta, y muy motivada para ver los templos, y es que era uno, si no el único, de los intachables de mi lista.

A pesar de los montones de blogs en los que explican cómo hacer la mejor visita de todas, aprovechar el tiempo, alcanzar a todo, y que te salga lo más barato posible... ¡Yo no di ni una! Así que he decidido tomármelo a risa y explicaros cómo NO  visitar los templos de Angkor.

Ahí estaba yo, de camino a Siam Reap, las puertas de Angkor, disfrutando de una charla de autobús con un tuc-tuquero que, por caerle simpática, me llevaría gratis hasta un hostal barato, lleno de jóvenes, céntrico y rodeado de locales baratos donde cenar. Hasta ese momento todo había salido perfecto. Y algo, todavía no se cómo ni porqué, se giró de pronto. Dicen que todo ocurre por alguna razón, pero yo, que no comparto mucho esa creencia, opino mejor que de todo se aprende. Aquí van mis lecciones sobre cómo NO visitar los templos de Angkor ¡apunta, apunta!

#1 EL DÍA ANTERIOR NO CENES ALGO EN MAL ESTADO

Y es que ahí estaba yo, la que suponía la noche anterior a mi visita a los templos, corriendo de la litera al baño una y otra vez... Sé que es algo que no se puede controlar demasiado... pero si tienes los días justos de viaje, controla un poco lo que comes la noche anterior.

#2 SI TIENES TIEMPO, ESPERA A SENTIRTE RECUPERADA DEL TODO

Lógico ¿no?

Pues sí, pero estás en Angkor, has pasado un día entero en la cama, otro paseando tranquilamente por la ciudad, y las ganas de ver los templos de los que todo el mundo hablan se van apoderando de ti. Siam Reap está bien, pero aparte de pasearte por la orilla del río, darte una vuelta por la Pub Street y entrar a una par de templos no tiene mucho más que hacer. ¡Si estoy aquí es porque quiero ver los templos! Anticiparse no fue una buena idea. Mi cuerpo estaba todavía débil, hacía calor, perdí mucha agua y, admitámoslo, mi tripa todavía me daba algún apretón.

#3 DECIDE UNO O TRES DÍAS EN FUNCIÓN DEL TIEMPO QUE TENGAS

Muchos blogs de los que leí decían que, sí o sí, en los templos tienes que pasar tres días, que son preciosos, que hay mucho para ver y que son interminables. Y estoy de acuerdo.

Pero Camboya también es preciosa, y hay mucho para ver, y la gente no le dedica el tiempo suficiente. Lo que quiero decir con esto es que dependerá de ti, de tus intereses y aficiones. Decidir si quieres pasar tres días viendo piedras (uy ¿ha llamado a los templos de Angkor piedras?) o prefieres ver un poquito más de Camboya. He conocido gente que un día se le hizo largo y personas que tres se les hizo corto. Yo tenía tiempo y elegí un día. Mala elección.

El porqué, además de verme débil, lo iré diciendo poco a poco.

#4 NO CONTRATES UN TUC-TUC

Sí, lo admito, alquilé un tuc-tuc. Viéndome lo flojita que me estaba no me imaginé pedaleando, la verdad. Quería ver todo, empezar con el amanecer, ver todos los templos (cuantos más mejor) y así ahorrar con la entrada de un día. Sinceramente, creo que la mayor parte de la magia de Angkor se encuentra pedaleando. Como hice en Ayutthaya, o en Sukhothai. Ver los toros desde la barrera, y a lo burgués, no es lo mío.

#5 NO QUIERAS VER ANGKOR EN UN DÍA

Es imposible, de verdad.

Acabarás agotada, harta de piedras (¿los ha llamado piedras otra vez?) y deshidratada. Queriendo abandonar el parque, confundiendo conceptos y odiando a las familias de turistas rusas y japonesas. Decide cuáles son tus imprescindibles y disfrútalos. Todo lo que veas por encima bienvenido será.

#6 SI SÓLO VAS A IR UN DÍA A ANGKOR, NO DEJES LO MEJOR PARA EL FINAL.  

Te quedarás sin batería, estarás cansada y el sol pegará más fuerte.

Si vas a estar más días recomiendan (al menos la Lonely Planet que utilicé yo) que dejes los templos importantes para el final, pero yo creo que no lo haría así.

Visitaría mis imprescindibles, con calma, en cuanto estuviese cansada me iría al hostal, y al día siguiente continuaría, visitándolos en orden de preferencia o siguiendo una ruta en la que tengas menos vuelta. Por cercanía, vamos.

En el momento que hayas decidido que es suficiente podrás darlo por terminado, sin "forzarte" a seguir con la visita porque queda "lo mejor".

#7 NO BUSQUES UN AMANECER DE ENSUEÑO FRENTE AL TEMPLO DE ANGKOR WAT

Encontrarse al alba en los templos de Angkor, ver cómo despierta, cómo el negro da paso al azul oscuro y éste a los tonos anaranjados. Sentir la paz, el silencio. Disfrutar de la imagen. Angkor Wat despierta frente a tus ojos, y a los de los otros cien turistas (o más) que han tenido la misma idea que tú.

Siento decirte que lo místico, la magia y el pasear en solitario frente al lago a la entrada de Angkor Wat mientras amanece no existe (¡son los padres!). El padre americano le gritará a su niño que pare quieto y sonría para la foto. El español, queriendo hacerse un hueco y estar en primera fila, no dudará en darte un pequeño empujón y los japoneses, en busca de la mejor foto, plantarán su trípode, su cámara y todo su equipo ofreciéndote una gran panorámica a través de su pantalla.

Huye de ahí, quizás no tendrás la mejor foto, pero sí la mejor sensación. Y aquí me apunto un punto a mi favor, ya que viendo el panorama, y después de ver las primeras instantáneas de luz, me encaminé al interior de Angkor Wat, donde quizás no capté la mejor instantánea... Pero pude sentir, un poquito, de ese sentimiento que iba buscando.

(En Battambang, pegando la oreja a una conversación entre un local y un extranjero, escuché que el mejor amanecer se observa desde una caseta en un árbol tras el templo Angkor Wat que casi nadie conoce... desde aquí te desafío a buscarla y contarnos qué tal...)

#8 MÍRATE EN EL ESPEJO ANTES DE SALIR DEL HOSTAL

Al pagar la entrada te toman una foto y la ponen en tu entrada.

De verdad, sé que despertarse a las cuatro de la mañana es duro... Pero más duro es tener de recuerdo, de por vida, esa entrada a los templos...

#9 DOBLE BATERÍA

Si las tienes, cárgate con un recambio de batería para tu cámara de fotos, la vas a necesitar.

#10 DISFRUTA

Olvídate de cómo sí o cómo no visitar los templos. Piérdete, haz fotos, pedalea, observa. Estás ante una de las maravillas del mundo, así que olvídate de listas y disfruta.