Me preguntan los tanzanos, mis amigas y mi familia. Me lo pregunto yo todos los días. ¿Cuándo vuelves a casa? Y no lo sé, nadie sabe.
Relájate, disfruta y aprovecha. Me dicen, me digo. Viajar es eso. Esto. Es no saber qué esperar. Es moverse, es la sorpresa, es adaptarse. Viajar, ser (semi) nómada, es vivir en la incertidumbre. Es dejar las certezas y las seguridades. No tener un lugar fijo ni un trabajo estable. No saber qué te espera cuándo vuelves de un viaje.
Sin embargo, éste es un paso más allá que necesita, también, ser aprendido. La incertidumbre era menos incertidumbre cuando existía la posibilidad de hacer, de actuar y de volver. La incertidumbre era más llevadera cuando era escogida. La incertidumbre, me digo ahora, no era desconocida cuando era capaz de entrar en una web, comparar precios y comprar un billete. Responder a la pregunta de cuándo vuelves a casa sin condicionales ni dudas.
Y no me puedo quejar. Tanzania me trata bien, es barata, bonita y la gente es amable. Hace días que me muevo de playa en playa, que me lleno los ojos de atardeceres y que como pescado. Los niños me saludan, las personas me dan la bienvenida continuamente y me rodean sonrisas. No es fácil encontrar tus tiempos para estar sola en Tanzania.
¿Vuelves a casa a qué? ¿A esto? Me dicen algunas amigas. Aquí nada es todavía normal. Disfruta de lo que tienes allá. Y supongo que tienen razón, que no hay un motivo para tener prisa. Sin embargo, cómo explicarte, lo difícil es saber que no te quedas porque quieres, si no porque no puedes volver.
Tanzania ha abierto sus fronteras aunque ningún país de sus alrededores las tiene abiertas, por lo que es una falsa sensación de libertad. Hay pocas aerolíneas que ofrezcan vuelos, pero sus vuelos y condiciones cambian continuamente. Lo que intentaban que fuese finales de abril se ha convertido en inicios de junio y, quién sabe, es posible que lo retrasen otra vez. Hablando directamente con una de ellas y a pesar de hablar de comprar el billete, su mejor (y sincero) consejo fue que espere.
La embajada está ayudando menos que nada, que si no hablo de vuelos de repatriación ni ayudas de emergencia (que imagino somos cuatro gatos los que estamos en Tanzania y no hay motivo para ello) sí hablo de compartir la información del gobierno y de unas respuestas menos ambiguas. Porque, y por poner un ejemplo, de que las fronteras se han abierto y que, probablemente, ya no podamos disfrutar del mes extra de visado es algo que nos hemos enterado por nuestra cuenta. Y aquí seguimos, esperando, deseando, que estas nuevas condiciones no supongan nuevos problemas.
No me puedo quejar y, sin embargo, me quejo (un poco), porque no puedo responder y nunca se me había atragantado tanto la respuesta a la pregunta ¿Cuándo vuelves a casa?
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Has estado en Senegal??
Si me pudierais decir lo más bonito para visitar
Hola Maite,
No, no he estado (todavía) en Senegal. Lo siento.