Creía haber aprendido de la última primera vez. Pensaba que ésta vez sería más fuerte. Al fin y al cabo, yo he elegido todo esto. Yo soy la que se va, la que dice adiós y volveremos a vernos. Pero parece que no, parece que el día del adiós sigue siendo más fuerte que yo.
Y es que el día del adiós es un festín de emociones; de esas intensas y difíciles de controlar, de nudos en el estómago, lágrimas en los ojos y sonrisas en los labios. Es cuando te das cuenta de todo lo que dejas atrás, cosas inacabadas, sobrinos creciendo y abuelas envejeciendo. Es el empezar de un gran viaje, para el que tienes tantas ganas, con esa sensación agridulce ya algo familiar. Porque te marchas, intentando convencerte de que, cuando vuelvas, todo seguirá igual, aunque la realidad sea otra, que todo cambia, a su ritmo...pero cambia.
Este día del adiós me ha caído como un jarro de agua fría. Quizás porque no lo he visto acercarse. Estaba tan metida poniendo a punto el nuevo diseño del blog, disfrutando de la navidad en buena compañía y entreteniéndome en vivir, que no me he preocupado. No lo he visto llegar. Y es que fue a sólo a dos días de volar cuando di un tumbo en la cama. No sabía qué día era y estaba convencida de que me había equivocado con los cálculos ¿te imaginas que pierdo el avión?
Los nervios por la no planificación dieron lugar a la tristeza. Porque dejarlo todo e irse no es fácil aún sabiendo que volverás algún día. Comenzar con las despedidas, que no me gustan. Decir adiós, nos veremos pronto y te deseo lo mejor. Cuídate. Dar un abrazo y mirar a los ojos mientras me pregunto cuándo y cómo volveremos a vernos. Que me duela el momento. Olvidarme otra vez de que el viaje y el camino me ha enseñado que existe el Hasta pronto. Ser consciente de que es muy probable que mi sobrina ya hable cuando yo vuelva, que mi sobrino dejará un día de preguntar por su tía y de que contestar "cuídate tú también" a mis abuelas tiene más sentido que nunca. Porque no eres consciente hasta el día del adiós, de todo lo que dejas atrás y cuánto puede cambiar todo antes de que vuelvas.
Y me resulta curioso como esos sentimientos retienen el resto. Que están ahí, agazapados, esperando que el corazón les deje liberarse. Nervios, felicidad, incertidumbre, miedo, satisfacción... emociones que aparecen como pequeños guiños en cualquier momento; cuando sientes sonreirte mientras te despides, te palpita el corazón ante la puerta de embarque, quieres gritar con el despegue y te asustas frente a la imagen de aterrizar sola en un gran y desconocido Río de Janeiro.
Y es ahora, durante mi escala en Frankfurt, a pocas horas de subir al avión que me lleve hasta Brasil, cuando soy consciente de que lo peor ya está hecho, de que tengo un gran viaje por delante y de que el corazón ya permite al resto de emociones expresarse.
¡Bienvenidas entonces!
¡Es tan difícil despedirse de las abuelas! ¡No estar seguro de si las vas a volver a ver! He pospuesto un viajes que quiero hacer desde hace rato por eso...
Si Elena... para mí mis sobrinos y mis abuelas son despedidas difíciles. Pero también es verdad que no se pueden ir posponiendo los viajes eternamente, porque después vienen otras razones... A veces hay que elegir. Un abrazo y fuerza! :*
Hola bella. Sabes empece a leer tu blog pues mi esposo ama acampar. Y yo no logro entenderlo, e. Incluso hemos tenido discuciones por ello. Y leerte a ti me a ayudado un poco... pero todabia no entiendo esa necesidad de dejar a su bebé de 2 meses por irse...
Este blog está siendo una inspiración para mí! En julio me voy a África sin billete de vuelta y la verdad es que se te forman tantísimas dudas en la cabeza! ¿Cómo poder seguir este camino cuando tienes tanto miedo? Y claro y más cuando ves que la gente no te apoya en esto, al contrario te generan más miedo.
Gracias por ser una inspiración!
Coincido, no se si ya viniste a Buenos Aires o vas a venir, pero como lectora no tengo problema en mostrarte la ciudad. Con tu post se me piantó un lagrimón. Saludos!
[…] de pronto, te encuentras volando a Brasil sin billete de vuelta. Has dicho adiós, comienzan los nervios, la alegría, los miedos. Ese nudo en el estómago que apenas te deja […]
Mucha suerte en tu nueva aventura. Ya estamos impacientes por leerte y que compartas con nosotros tus vivencias. Un besazo desde Valencia.
Si pasas por México, aquí hay una lectora que estaría feliz de darte asilo. ¡Mucha suerte!
Una nueva seguidora te espera eb buenos aires !!
Mucha suerte patriii! El q lo eches d menos también hace que lo disfrutes y lo abraces con gusto a la vuelta! Cuidate mucho y cuéntanos todo! Te esperamos! 😉
venga valiente que ya has hecho lo peor ..ahora a disfrutar y tranquila que aqui estaea todo o casi todo como lo dejas
A por el millón de aventuras que te espera!!!!!!!!!!!! Suerte!!!!!