Viajaba a China y viajaba sin visado. Los motivos fueron varios; mucha espera, mucho dinero y, lo peor, me sentía obligada a comprarme el billete de avión con al menos un mes y medio de antelación. Así que cuando me comentaron que era posible tener el visado chino desde Hong Kong, me apasionó la idea. Porque, admitámoslo, correr algunos riesgos es parte de lo que hace bonita la aventura.

*Atención: porque este artículo es de 2013 (desconozco la situación actual, pero puede servirte para estudiar la opción)

¡Qué loca!  ¿Y qué pasa si al final no puedes? ¿Y si tardan más de lo que te dicen?

¿Y qué tal? ¿salió bien?

Pues sí, y lo creáis o no, es (muy) fácil si sabes cómo (como todo en esta vida).

Empezamos por lo básico.

El destino chino para viajar sin visado: Hong Kong. 

Como ya he comentado en los últimos posts de este blog, Hong Kong es un poco especialito (¡y benditas sus rarezas!). Al contrario que el resto de China, es una región muy friendly y siendo europeo no tienes ningún tipo de restricción para visitar el país (al menos en estancias inferiores a 6 meses).

Así que viajar hasta allí sin visado no supone ningún problema. Admito que una vez en el aeropuerto de Madrid, cuando la amable azafata me pidió el visado, casi me desmayo.

¿Vi...visado?

Volvió a mirar los billetes y excusándose por el error, nos acercó el billete.

A Hong Kong llegamos el sábado por la tarde, por lo que la agencia que nos gestionaría el visado, estaba cerrada. Así que mantuvimos los nervios ocultos hasta la llegada del lunes, cuando afloraron todos de golpe.

La agencia donde sacar el visado chino desde Hong Kong que ya teníamos estudiada desde casa, y recomendada, nos pillaba un poco lejos del hostal y porque comparar nunca está de más, decidimos acercarnos a una agencia que se anunciaba en el edificio de en frente. Al llegar allí, nos pidieron nuestros pasaportes para empezar a tramitar. Algo confusas, y agarrando con fuerza nuestro pasaporte le preguntamos precios y fechas de recogida. La chica, sorprendida, nos comunicó que el precio serían 1050 HK$, lo que doblaba con creces el precio de la otra agencia. Le dimos las gracias y emprendimos el camino de vuelta. La chica nos llamó, y nos preguntó cuánto estaríamos dispuestas a pagar. Sorprendidas del nuevo lugar de  regateo encontrado, le dijimos el precio que habíamos visto en la página web de la competencia. Negó con la cabeza y nos despidió. Pero antes de irnos, nos volvió a llamar y, bajando el tono, nos indicó que en la acera de enfrente lo hacían por ese precio.

Como ni el tono, ni las formas, nos resultaron convincentes fuimos a la búsqueda de la agencia recomendada. Nos costó un poco encontrarla, sobre todo porque, listas de nosotras, nos dejamos la dirección apuntada en casa. Haciendo señas a un chino que hacía fotos para visados intentamos preguntarle dónde había una agencia de visados y, ya desistiendo, le pedimos utilizar su ordenador.

Pero esa es otra historia.

La agencia, que está en la novena planta de un centro comercial, es un habitáculo con un mostrador. Allí, al menos 6 personas esperaban para conseguir su visado. Rellenamos un papel, con preguntas sencillas en inglés, donde quizás la pregunta más complicada era escribir la dirección de alojamiento en China. Sobre todo para aquel que no sepa a dónde va. Si planeas hacer una ruta por China escribe la dirección del primer hostal al que vayas. Cuando fue nuestro turno, tomó nuestros pasaportes, las fotos que llevábamos y nos hizo la factura. La foto del visado chino tiene que tener el fondo azul, así que mi foto necesitaba un tuneado, mientras que la foto de mi amiga la rechazó por no sé que razón, algo que solventaron en menos de un minuto en una habitación contigua donde le hicieron otra foto. Mi visado costaba 490 HK$ y el suyo 500 HK$. Un euro de diferencia, que hace que no merezca la pena ni llevarse las fotos desde España.

Y listo.

Volveríamos a las 6 a por nuestro visado y nuestros pasaportes, que se quedaban allá. Y aunque dejar el pasaporte en un país extranjero no es lo que da más tranquilidad del mundo, sí nos tranquilizó el hecho de que el pago se realizase al recoger el visado.

A las 18:00, tal y como nos indicaron, estábamos allí. Nuestro tren hacia China salía a las 20:00 de la estación que estaba sólo a unos metros, por lo que si todo iba bien, no había nada que temer.

Pues lo hubo.

Al llegar allí, no éramos las únicas. Alrededor de 20 personas esperaban sus visados. 20 personas a las que fueron sumándose otras que, como nosotras, mostraban sorpresa según iban llegando.

¡Ups! Parecía que no éramos las únicas que habíamos tenído la brillante idea.

Los visados se retrasaron más de lo debido, pero sobre las 19:00  empezó el reparto. Minutos antes. una señora apareció con una maleta a lo que bromeé diciendo que ahí venían nuestros visados. Sin duda, ahí lo hicieron.

Hicimos el pago y corrimos hacia la estación. Por suerte para nosotras, todo fue bien. No nos pararon en la frontera más de lo debido ni surgió ningún problema. Entramos en China, tal y como habíamos planeado.

Reto superado: El visado chino desde Hong Kong ¡más rápido, fácil y barato!

Y vosotros ¿tenéis algún truco?