El viaje en crucero continúa y tras ciudades como Copenhague, Goteburg y Bergen, nos sumergimos en la belleza natural de Noruega. A partir de ahora, el paisaje a bordo del barco se transforma en un espectáculo para los sentidos. Visitando pueblos como Flåm, Hellesylt y Geiranger nos introducimos en los fiordos noruegos, con sus altas y verdes montañas a nivel del mar copadas por mantos blancos de nieve y su aire frío.
El día 5 del crucero amanecemos rodeados de una exuberante belleza que nos deja sin respiración. Acabamos de abrir los ojos, hemos mirado por la ventana, y, por un momento, no creemos lo que vemos. No puede ser. Tiene que ser un póster pegado a la ventana. Pero no. Esa naturaleza es muy real. Unas montañas verdes enormes, más altas que el propio crucero, se sitúan a pocos metros de nosotros. Mirando en dirección contraria, más de lo mismo. Estamos en el extremo final de un fiordo, por lo que prácticamente estamos rodeados de verdes cortantes. En la popa, el mar se abre camino entre las montañas.
Desayunamos rodeados de una naturaleza incomparable, y no puedo evitar sentirme afortunada. Así que me propongo disfrutar cada bocado apreciando las vistas ¿quién sabe cuándo podré repetir una experiencia así?
Tras visitar ciudades como Copenhague, Göteborg (en Suecia) y Bergen, nos toca sumergirnos en plena naturaleza. A partir de ahora, y por falta de tiempo, no habrá más trekkings hacia nublados púlpitos y el paisaje se convertirá en una constante. Y es que, a partir de ahora, sólo con pasearte por los alrededores, estarás disfrutando de maravillosas vistas. Aunque podría decirse que visto un fiordo vistos todos, yo os insto a visitar todos los posibles ¡y a sorprenderte cada vez!
Flåm
Flåm fue la clara prueba de que a veces no contratar la excursión puede hacer que no todo salga como esperas. Flåm fue también la clara prueba de que siempre hay más cosas para hacer y para ver que lo que todo el mundo recomienda.
Si algo caracteriza Flåm es el tren (Flåmsbana) que serpentea hasta Myrdal, 865 metros más arriba. Sin embargo, quisimos alargar un poquito el tiempo entre las sábanas y cuando llegamos a la estación de tren ya no teníamos billetes de vuelta. Podíamos arriesgarnos a comprar el billete de ida e intentar volver de otra forma, sí, pero no lo vimos nada claro. Y es que al preguntar por otro tipo de transporte entre ambas ciudades, todo fueron pegas. Se conoce que existe la posibilidad de volver en bicicleta, pero no nos la ofrecieron en ningún lado.
Así que tuvimos que improvisar y tomamos un autobús panorámico que por 30 euros nos llevaría a un mirador a 30 minutos de Flåm. ¿Caro? sí, pero es a lo que te acostumbra Noruega. El tren a a Myrdal costaba 50 euros y un trenecillo turístico, que te hacía un pequeño recorrido de 4 kilómetros que después hicimos a pie, la friolera de 15 euros.
Hellesylt
La parada más express de todo el viaje junto a la visita de Copenhague en una hora. La parada en el pequeño pueblo de Hellesylt nos sorprendió por el paisaje (me pareció increíble que el barco se metiese hasta allí) y por el tiempo ¡sólo una hora!
El pueblo se caracteriza por una gran cascada que cruza el pueblo y desemboca en el fiordo.
Geiranger
El mismo día que Hellesylt, visitamos Geiranger, la joya de los fiordos. Aquí sí, con algo más de tiempo, pudimos tomar un autobús (comprando el ticket allí mismo) por 25 euros, que nos llevó a visitar dos panorámicas de la ciudad:
Flydalsjuvet, uno de los miradores de la famosa carretera de los troles (cortada todavía a finales de mayo por imposibilidad de ser transitada) con unas vistas inceíbles.
También disfrutamos de Ørnevegen (la carretera del águila), con 11 giros de horquilla que ascienden a más de 500 metros de altura. Otra vista imperdible que los más aventureros, y deportistas, pueden recorrer en bici.
Otra opción complementaria, y más económica, al recorrido en autobús es recorrer Geiranger a pie, ascender por una escalinata a lo largo de una cascada que, también, ofrece unas vistas maravillosas de la ciudad.
Como detalle, la ofina de turismo de Geiranger tiene wifi gratuita ¿sabes por qué lo adiviné?
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Hola!! tengo una consulta, desde Hellesylt se puede tomar algún barco para pasear por los fiordos?
Hola Valeria! Pues no tengo ni idea, como comento en el artículo ¡sólo nos dejaron una hora! Espero que alguna lectora pueda ayudarte! Un abrazo!
Durante la excursión de Norway in a Nutshell tuvimos 2,5 horas para pasar en Flam. Aprovechamos para comer (esta vez hicimos bien en llevarnos la comida), dar un paseíto por allí, tumbarnos en la hierva a descansar un poco al lado del parque... e impresionarnos con el enorme barco crucero que estaba allí. A las 15h teníamos el barco que nos iba a llevar durante 2h por los fiordos hasta Gundvagen. La verdad es que lo disfrutamos mucho.
[…] invitaron a mi primer crucero, un bonito recorrido de siete días por los fiordos noruegos. Disfruté muchísimo de mi primera experiencia en crucero, aunque entendí que, de momento, no es […]