He escrito un libro. HE ESCRITO UN LIBRO. ¡HE ESCRITO UN LIBRO!

Siii... Sé que he ido diciendo cosas. Sé que lo he comunicado varias veces, sé que, indirectamente, he hablado de que he escrito un libro... Pero, seamos sinceras, siempre ha sido con la boca muy pequeña, con mucho miedo, con muchas dudas y con mucho recelo. ¿Por qué? Porque es algo que, muchas veces a lo largo de todo este tiempo, he sentido que se me ha quedado grande. Y no creo que haya nada malo en decirlo. Pensarlo, escribirlo, quedarme satisfecha, buscar una editorial,... Y, sin embargo, hoy os digo, hoy os escribo, os grito ¡que he escrito un libro!

Escribir un libro es algo que llevaba años tramando. Desde pequeña cuando adoraba la asignatura de lengua, escribía cuentos o presentaba alguna historia a algún concurso infantil. Sin embargo, mi carrera (tan científica) me hizo alejarme del mundo de letras. Mi imaginación se enfocó para imaginar proyectos, presupuestos o experimentos. No me culpo, todo eso parecía más rentable que escribir cuentos.

Entonces empecé a viajar, y fue curioso como mis cuadernos en los que anotaba precios, gastos, pequeños pensamientos o frases escuchadas fueron mutando a grandes reflexiones, descripciones y, finalmente, se fue llenando de trazos que, en mi último viaje, hasta aceptaban colores.

Tienes que escribir un libro, me decía todo el mundo que me conocía. O aquellas que me leían, con quien cruzaba una pequeña charla o con las que hablaba de mis inquietudes. Yo afirmaba. Tenía que escribir un libro pero ¿si sonaba tan fácil, si tenía mil historias, si tenía un blog, por qué ( ¿¡por qué?!) me resultaba tan difícil?

La respuesta mutaba según el día. A veces me decía que no tenía tiempo, que no tenía un espacio y, otras, las más dolorosas, que era incapaz. La realidad, me digo ahora (qué fácil es todo cuando se ve desde el final) es que, en ese momento, no sabía qué quería contar. No quería contaros mis viajes a modo de biografía, ni historias sueltas sin un sentido para mí, no quería escribir porque sentía que tenía que escribir. Quería contaros algo real y... lo real... Lo real (me) era muy difícil de contar.

Escribir este libro, está novela, ha sido un dividirme en trocitos, despiezarme para ensamblarme, preguntarme todo y responderme a veces. Ha sido un proceso precioso así como, a veces, doloroso. Han sido sombras, pero también muchas luces. Pero, al fin, he escrito el libro sobre viajes que a mí me gustaría leer. Una novela real pero que, sumergida en ficción, intenta no banalizar el viaje en femenino sino acercarlo de diferentes formas para ser capaces de bucear en él.

La novela se llama Vidas de Gata y ya tiene una editorial que ha decidido confiar en ella...(y en mí). Y, créedme, eso no es nada fácil. No ha sido nada fácil. Y es por eso que, ahora, ya grito que no sólo mi libro está escrito... Sino que está en camino. Vidas de Gata ya vive.

Y estoy feliz.

Pronto, pronto, os cuento más cosas sobre Vidas de Gata, porque no sabéis las ganas que tengo de que conozcáis a mis viajeras, sus problemas, sus historias y sus aventuras.