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Lo peligroso es no vivir (y las pequeñas rutinas)

Hace tres días podría haberme matado. Viajaba a Pamplona cuando cerca del kilómetro 30 de un trayecto de 60 que he realizado miles de veces, el camión que llevábamos delante en la autopista perdió la carga. Unos bloques de hierro cayeron en la calzada, frente a nosotras, sin tiempo suficiente para poder hacer nada para evitar el impacto. El coche, tras un golpe que pareció infinito, quedó destrozado. Nuestros cuerpos doloridos pero vivos, al fin y al cabo. En la cabeza, una sensación incomprensible de pérdida.

No puedo dejar de preguntarme qué es peligroso, a qué tenemos miedo...y que, bueno, que supongo que lo peligroso es eso, tener tanto miedo que nos olvidemos de vivir como queremos. Quizás lo peligroso es no vivir.

lo peligroso es no vivir

 

La vida es irónica, me dije mientras el coche se zarandeaba como un juguete en la autopista. Todo puede terminar aquí, a 30 kilómetros de mi casa. Deseé que parara. Aquellos segundos se estiraron como nunca en mi vida. Sentí cada golpe, cada envión. Nada de lo que tenía valía nada en aquel momento. Ninguno de mis sueños, mis planes, ni siquiera mis euros.  Pensaba en las frases absurdas que saldrían de la boca de todos. En qué pensarían mis padres y mis hermanos, siempre preocupados porque estaba tan lejos. En mis sobrinos, que no entenderían nada y que, al cabo de poco, me olvidarían. En mis amigas, siempre tan lejos y mira, pasó tan cerca. Pensé en cómo la vida cambia en un segundo, cuando menos lo esperas, donde menos lo esperas. Incluso donde menos lo temes. Ya me dijeron una vez, que las cosas que más temes ocurren un martes por la mañana (o, por qué no, un miércoles), cuando nunca lo piensas.

Y, allí, agarrada a un cinturón y una puerta, sólo deseaba que, por fin, se detuviese. ¿Esto somos? ¿Esto valemos? ¿es todo esto todo lo que podemos decidir sobre nosotros?

Mi mente se recoloca estos días como intenta hacerlo mi cuerpo. A veces no siento, otras duele. También me quejo. Otras ocasiones palpo mis muslos, me toco la cara, disfruto del dolor en el pecho que provoca mi risa.

Qué irónico, me digo. Me vienen a la cabeza todas las veces que me han preguntado si no me da miedo viajar sola. Si no es peligroso. Al final, resulta que el peligro no estaba sólo en otro país, en otra cultura, en viajar sola. Al final, el peligro también está ahí, en ese coche, en esa autopista que había recorrido más de mil veces. Acompañada. Al final, el peligro también está en esas pequeñas rutinas que nadie toma en cuenta, que nadie se espera. Al final, el final podía estar tan cerca que no era esperado, que no le tenía ni miedo.

Quizás la vida es sólo esto. Vivir con temor para morir sin avisar. Con mil planes truncados, con mil sueños rotos.

Quería escribir un artículo motivador, de esos que circulan por internet, que te animan a olvidarte del futuro, de agarrarte al presente, de tomar decisiones. Uno de esos que hablan de la fugacidad de la vida, de cosechar el día y de vivir la vida que siempre quisiste. De empezar a vivir tu vida, porque no hay más que una y, muchas veces, la estamos perdiendo en trayectos que te llevan al destino de otro.  Porque estamos de paso, porque todo se va en un segundo, porque en cierto modo es como me siento.

flroes rojo

Pero no tengo fuerza.

Me duele el cuerpo. La cabeza todavía no sabe lo que piensa. Me siento contenta. Y tan triste. Me siento rara, con la necesidad de deciros a todos que no hay tiempo para perderlo haciendo cosas que no queremos hacer. Pero no sé si tengo ganas. Porque no creo que pueda, con cuatro palabras, cambiar nada.

No puedo dejar de preguntarme qué es peligroso, qué es arriesgado. Se repite en mi cabeza como un bucle que busca respuesta. Pero no la encuentra. Qué irónico. Qué susto, qué miedo. ¿Cómo puede haber quien no haga con su vida lo que quiere tras un accidente? Quiero pedirte que pienses qué es lo que desearías hacer y porqué no lo haces, a qué tienes miedo.  Quiero que imagines que mañana podrías morir, en una de esas pequeñas rutinas que vives, que tienes.  ¿seguirías haciendo lo que estás haciendo? Si contestas que no ¿por qué no lo haces? ¿a qué tienes miedo?

Porque cuántas veces hemos leído ya esto antes. Y no cambia nada. Porque es fácil hablar de vivir sin miedos, pero yo misma todavía los tengo. Sin quererlo, ya empiezo a preguntarme qué pasará mañana. Supongo que es en el mismo momento en el que el coche se detiene, y te palpas, que empiezas a preguntarte qué pasará contigo. Bajada la adrenalina, sube el miedo, el dolor y el estrés. Comienzan los nervios. Es lo que pasa. Lo ves, lo sientes. Lees, o vives, estas cosas y nos empoderamos, nos alegramos por un momento. Sin embargo, pronto el miedo vuelve. Está ahí y nunca se fue. Nos vuelve con la primera pregunta, con la primera factura. Mañana si eso, ya lo haré en otro momento. Pero no puedo parar de preguntarme ¿a qué le tenemos miedo? Hoy estamos aquí... ¿y mañana? mañana no vales nada.

flores peligroso no vivir

Me pregunto una y otra vez  a qué tengo miedo. A todo. Y a nada. A que me vuelva a pasar. A no vivir. A morir. A no hacer todo lo que quiero hacer. A quedarme a medias. Tengo miedo a sufrir. A seguir teniendo miedos. Al futuro, a la incertidumbre.

Y, sin embargo, pienso que cada vez tengo menos miedos. ¿Miedos a qué? Lo peor también pudo pasarme tan cerca de casa. Y pasará haciendo aquello que ame o aquello que odie. Irremediablemente. No hay forma segura de hacer las cosas. No hay escape. Porque da igual que estés cerca o lejos, tomando seguridades o viviendo "arriesgadamente". Y pasamos parte de nuestra vida pensando en el pasado y la otra media en el futuro. Parte de nuestra vida añorando lo que pudo ser  y la otra temiendo lo que puede ser. Sin embargo, la vida es hoy.

La vida se escribe hoy, y a menudo nos olvidamos de ello. Pensamos en el mañana sin pensar que hoy es el mañana de ayer.  Y, personalmente, cuando todo esto pasó, no tuve miedo. Sólo pensé en la fugacidad del tiempo. En todas aquellas cosas que me quedan por hacer y en la felicidad que me daba saber que ya había empezado. Y lo irónico de todo. De tener tanto miedo, a veces, a estar lejos. De pensar tanto en un futuro que quizás nunca llegue.

Lo único que siento sin dudas es que lo peligroso es no vivir, y que tenemos que vivir como queramos para que, cuando toque, la muerte nos encuentre viviendo, viajando, sintiendo. Porque, al final, resulta que sólo nos llevamos eso.

lo peligroso es no vivir inicio do fin

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" ¿Y si viajo sola? El libro que te dará el último empujón."

2017-04-01T13:58:18+01:00

About the Author:

¡Hola! Soy Patricia. Viajo sola desde 2014, cuando cargando mil miedos en mi mochila dejé mi trabajo en una farmacéutica y me marché al Sudeste asiático sin billete de vuelta. Ya he recorrido sola 4 continentes. Enamorada de viajar sola, lento y a dedo, y luchando por sentirme cada vez más libre, ahora me dedico a animar a otras mujeres a hacer lo mismo siendo cabeza y manos del blog Dejarlo Todo e Irse.

18 Comments

  1. Diana at 17:15 - Reply

    Hola Patricia,

    Lo que me alegra es que te encuentres bien y vi tu ultimo articulo que ya estas de viaje y esta super genial. Te queria comentar un poco, me paso algo similar a lo que te paso, y mi madre me dijo algo, que por algo pasan las cosas y quizas iba hacer algo bueno en la vida y por esa razon no paso algo fatal.

    Todo pasa por una razon, lo malo esta que queda de nosotros no explotar eso, y quedarnos sentados y ver que pase el tiempo, por mas cosas que pasan no reaccionamos. Todo tiene su proposito y razon y con eso miramos la vida de una forma diferente.

    Saludos

    • Patricia at 14:09 - Reply

      Gracias por tu bonito mensaje Diana! A veces simplemente nos vienen bien las cosas que nos pasan y otras, simplemente, tenemos que aprender de ellas. Para mí el mensaje fue muy claro:nos pasamos la vida temiendo que nos pasen cosas por arriesgar un poquito,teniendo miedos, y el peligro puede estar en cualquier lado; en tu casa, en el camino al trabajo o paseando por una calle concurrida. Al final, para mí, lo peligroso es no vivir. Un abrazo, ánimo con tus momentos y tu vida.
      P.d: Y sí, yo ya estoy de nuevo en la ruta! 🙂

  2. Luis tanjaoui at 21:36 - Reply

    Que te mejores Patricia ! Y agradesces tu ángel de la guardia de mi parte.

    • Patricia at 10:19 - Reply

      Muchas gracias Luis! :*

  3. D at 15:43 - Reply

    Es cierto Patricia, un momento te sientes empoderada, pero cuando la adrenalina pasa, vuelve ese miedo... ¿a qué vuelva a pasar? ¿A qué sigas enferma? (en mi caso) y dejas de vivir... pues hay que poner en el saco el miedo hasta dejarlo chiquito (con la lucha que eso supone) y seguir en la ruta como dices. Viajé muchos kilómetros para cumplir un deseo, pero me olvidé de dejar mi miedo y mi cansancio en la casa, y por momentos me olvido que estoy cumpliendo una de las cosas que quería hacer hace años. Entonces hay que recordarlo, a pesar que por momentos se te puede hacer complicado, y que el cuerpo te dice aún no. Siempre hay que recordarlo... y volver a sonreír para que, un día, la muerte nos pille así, sonriendo y haciendo lo que queríamos hacer. Un gran abrazo y pronta mejoría.

    P.D. Cuando viajé recuerdo que puse en mi estado de facebook: "Dejarlo todo e irse" Gracias siempre !!!!

    • Patricia at 08:45 - Reply

      Hola D!

      Nunca hay que dejar que el miedo nos venza, aunque hay que escucharlo y (¿por qué no?) disfrutarlo. Una cosa es tenerlo y otra que nos bloquee. Me alegro de que te lanzases a la aventura, que te enfrentases a tus miedos y que consiguieses hacerlo. Eres un ejemplo a imitar!

      Un abrazo y mucha suerte, muchas aventuras y muchos minutos vividos de verdad!

      Patricia

  4. Melia at 13:43 - Reply

    Hola Patricia!
    Gracias por tu relato tan real como inspirador, espero te mejores pronto!
    Me he sentido muy identificada... a veces siento que estoy viviendo sin vivir, formando parte de la vida de mis familiares y amigos, y al mismo tiempo no me siento parte de nada... inmersa en la rutina, día tras día nada parece ser suficiente, así ocupe mi tiempo con actividades agradables... siento la necesidad de "salir corriendo y no saber hacia donde". Mis miedos son los mismos, pero el principal es no vivir...estar en un paréntesis demasiado largo y no alcanzar mis sueños de viajar, vivir en otros lugares, conocer nuevas culturas... Mis conocidos no comparten mis proyectos para nada, no comprenden la necesidad de hacer un viaje en soledad, para retarse a uno mismo, animar a esos rasgos de nuestra personalidad a salir fuera, esos que no aparecen en la rutina, cuando trabajamos frente a papeles y computadoras, celulares y teléfonos. Amo a mi familia, pero siento que no puedo quedarme viviendo su vida con ellos... hay algo que me empuja cada día mas fuerte a realizar un viaje, sin pasaje de vuelta... solo tengo miedo de no llegar a lograrlo, no a la muerte, solo a estar viva aquí y sentirme muerta.
    Muchas gracias y saludos a todos!

    • Patricia at 07:41 - Reply

      Hola Melia! Entiendo lo que dices! Yo sentía lo mismo.

      Creo que lo más importante es no "salir corriendo y no saber hacia dónde" sino justamente lo contrario. Pensar qué es lo que esperas del viaje, qué es lo que buscas en el viaje, buscar un destino que pueda dártelo y compartirlo con tu familia. Si es una decisión meditada te apoyarán, aunque al principio sean algo reticentes. Una vez lo decidas, verás que todo es más sencillo. El miedo a no vivir es un perfecto empujón para empezar a hacer lo que en realidad quieres hacer. 😀

      Mucho ánimo viajera!

  5. Irene at 02:13 - Reply

    Mejórate Patricia, para que puedas pronto sentir y vivir como te apetezca.
    Un abrazo!

    • Patricia at 15:03 - Reply

      Gracias Irene! Te mando un abrazo desde este lado del charco <3

  6. Patricia, eres mi viajera favorita.Quiero agradecerte tus palabras y la sencillez con la que transmites tus experiencias, gracias por no ser arrogante y por hacer oír tu voz en medio de este mundo en el que a veces uno siente que no hay más que un camino. Te comparto algo que escribí el otro día, te mando un abrazo y celebro que estes :http://llueveenelmar.blogspot.mx/2016/12/escuchar.html

    • Patricia at 15:03 - Reply

      Qué lindo Abril! Gracias por esas palabras! Es de lo más bonito que me han dicho en el mundo de los blogs jajaja. Un abrazo enorme!

  7. Beatriz at 12:05 - Reply

    Preciosas tus reflexiones. Tienes toda la razón, a veces cuando viajo me entran esos miedos de los que tú hablas, los miedos de estar lejos, de que algo me vaya a pasar estando lejos, pero como tú dices puede pasar estando cerca y haciendo cosas de lo más cotidianas. Así que está claro que hay que hacer lo que una quiere hacer y no dejar nada para el año que viene o para no sé cuando. Además, esos miedos que tenemos, porque somos humanos, nos hacen más fuertes.

    • Patricia at 14:14 - Reply

      Totalmente de acuerdo contigo Beatriz. Es imposible no tener miedo pero hay que tirar para adelante con él. Hace poco leí en Madrid algo que decía como "Si tienes miedo, házlo, aunque sea con miedo". Un abrazo ¡ y sigue viajando! :*

  8. Que te mejores y que sigas viviendo, porque no hay nada peor que perder el tiempo no haciendo lo que te gusta por tener miedo a lo que vendrá.

    • Patricia at 14:12 - Reply

      Gracias Jorge! Siempre para adelante, y si algo me deja claro esto es que no hay que perder el tiempo (y tener miedo es algo que consume mucho). Un abrazo!

  9. Hola Patricia,

    el artículo me ha recordado a la escena final de la película One Day.

    Me alegra que no te pasara nada y poder leerte. Estos artículos más personales y reflexivos son geniales.

    🙂

    • Patricia at 14:11 - Reply

      Hola Erik!

      No vi la película One Day, pero tendré que verla (ahora que tengo más tiempo... jejeje) Me alegro de que te gusten este tipo de artículos, particularmente disfruto escribiéndolos. (Y la verdad es que me ahorran el psicólogo 😛 ) Un abrazo enorme.

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