Me quedo en Essaouira. No quiero marcharme, al menos, de momento. De eso también trata el viaje ¿no? También de quedarse.
Mi autobús salía en una hora dirección Marrakech. Haría noche allí y al día siguiente tomaría un autobús dirección Tinghir. Allí hay un oasis, un río que pasa entre dos montañas formando una, imagino, maravillosa garganta. Me gustaba el plan, también el destino, y el haber comprado mi billete de vuelta para el 9 de marzo me influía en el ritmo.
Tranquila, sentada sobre unas rocas en la orilla del mar, observaba como las olas golpeaban las murallas de la bonita Essaouira. Las gaviotas revoloteaban sobre mi cabeza mientras conjuntaban perfectamente con el blanco de los edificios del interior de la medina. El viento era fuerte, el sol en la espalda, el ritmo tranquilo de quien sólo descansa. Una música sonaba de fondo. Un olor a mar, el sabor de la sal en mi boca.
Volveré, me decía la cabeza. ¿Y por qué te vas? Le contestaba el corazón. Hay mucho Marruecos, no puedes quedarte para siempre aquí. ¿Quedarse para hacer qué? Y el corazón, cabezón, contestó... Pero se siente bien estar aquí.
Decidí detener esa conversación a dos cuando apenas quedaba ya media hora para el autobús. Si no me apetecía despedirme de Essaouira ¿por qué debería hacerlo? ¿Una no viaja sola para eso? Para poder fluir y tomar decisiones. Para poder detenerme.
Y me quedé.
Mientras escribo estas líneas, la arena que quedó en mis pies tras disfrutar el atardecer más bello que he visto en Marruecos me confirman que fue una decisión acertada. Han sido días de charla, de paseos en la playa y de tajine de verduras. Me quedo hasta siete, o el ocho, quizás hasta el nueve. El nueve vuelo de vuelta, pero ¿y si después vuelvo?
Y aunque me quedo en Essaouira, en cierto modo, no puedo evitar pensar que estoy perdiendo el tiempo.
¿Cómo puede ser eso?
La realidad es que aunque normalmente viajo sin billete de vuelta, todavía me cuesta detenerme, pasar diez días en un mismo sitio. Pero para eso está el tiempo, para ir aprendiendo.
Si tienes algo que comentar... aquí tienes tu espacio