Cómo perder el miedo a caminar sola es una entrada que no hubiera escrito hace unos meses. Como decía en mi último artículo, estoy cansada del discurso del "tenemos miedo".
Sin embargo, un amigo y una amiga me pusieron en perspectiva. Primero mi amigo, cuando le comenté que lo que me daba más miedo de caminar sola en la montaña era cruzarme con algún animal salvaje o un perro protector al cruzar yo, sin saberlo, por una propiedad privada. Él, conocedor de la forma de actuar de los perros, me dio varios consejos sobre cómo debería reaccionar.
Después vino mi amiga, al preguntarme cómo había perdido yo el miedo a caminar sola, porque hacer trekkings era algo que le apetecía últimamente pero no encontraba con quién. A los días me mandó una foto en su primer trekking, feliz y agradecida, trabajando sus miedos. Y entonces, aunque intento no dar muchos consejos, pensé que así como a mí me habían sido tan útiles las palabras de mi amigo sobre los perros, pensé que podría echar yo un poco de luz sobre cómo perder el miedo a caminar sola en la montaña con algunos trucos mentales con los que juego.
Allá vamos.
1. EMPIEZA CON RUTAS FAMILIARES
Es de cajón. Si quieres empezar a perder el miedo a caminar sola en la montaña, no vayas a una ruta súper solitaria el primer día. Busca en Internet rutas familiares cerca tuya y con una dificultad acorde a tu nivel físico (es mejor que te quedes con ganas de más que acabar agotada).
Ver gente continuamente, familias con niños y una vista bonita ayudará a que vayas agarrándole la gracia y a perder el miedo a caminar sola por la montaña.
2. ELIGE RUTAS LINEALES
Particularmente me gustan mucho más las rutas circulares, sin embargo, si estás aprendiendo a perder el miedo a caminar sola en la montaña, es interesante comenzar con rutas lineales por el hecho de que te cruzará con más gente, que, además, es probable que te recuerden.
También puedes elegir una circular y hacerla a contracorriente para tener la sensación de cruce.
3. NO VA A PASARTE NADA
Mantén este pensamiento en la mente. Caminar sola en la montaña es seguro y casi todo el mundo es buena gente. En todos los años que llevo caminando sola nunca he tenido una situación peligrosa (y pocas incómodas).
Caminar con el pensamiento contrario en la cabeza es agotador, no disfrutarás de la caminata y al final no pasará nada. Lo sé, es más fácil decirlo que hacerlo (siempre hablo de mi fracaso acampando sola) pero inténtalo.
La mente es poderosa y un mensaje positivo es muy importante.
4. SEGURIDAD
Hazte con objetos que te aporten seguridad. Puede ser un palo o un paraguas. A mí al principio esa sensación me ayudaba mucho. También llevo una navaja en el bolsillo izquierdo, para pelar fruta o partir el queso, pero es bueno tenerla siempre a mano. No te obsesiones con ella o acabarás como yo en la tienda de campaña (soñando con ella).
Recuerda que no vas a usarla, es sólo para que tu mente sepa que tienes algo más que tus manos.
5. SALUDA, MIRA A LOS OJOS Y CONTINÚA
Vale, llegamos al tema. Vemos a alguien "raro". Para considerarlo como raro normalmente será un hombre solo, en sus 40, que camine despacio y no parezca montañero. Que no cunda el pánico, es probable que sea alguien que trabaje por la zona: un pastor, un ganadero o agricultor.
Saluda, mira a los ojos y sigue para adelante. Yo siempre sonrío, pero si se me antoja muy raro normalmente es una sonrisa sin dientes (no sé porqué en realidad, me sale natural).
6. NO TE DETENGAS, NO MIRES ATRÁS
Sigue caminando normal. Él no tiene nada que ver contigo. Recuerda "no tienes miedo a caminar sola". Es normal, cuando te cruzas a alguien, que se acelere un poco el ritmo, pero no corras ni mires para atrás demostrando miedo.
Si se detiene y a ti no te gusta su apariencia, sigue caminando. Si quiere algo, que hable.
7. IGNORAR GESTOS RAROS
¿Que hace gestos raros? ¿Qué se hace una paja? No va contigo, sigue para adelante. No corras ni mires para atrás. Si no muestras actitud sumisa o miedosa, lo más probable es que no te siga.
8. SI TE SIGUEN, DETENTE
Sé que suena contrario a todo, pero tú ante un perro no te echas a correr. Marcas territorio y te haces fuerte. Aquí lo mismo.
Para a un lado del camino. Yo suelo agacharme mirando hacia él y hago como que me ato una zapatilla. Esa perspectiva me ayuda a saber qué intenciones tiene (y no muestro miedo, si no una necesidad).
Si no te está siguiendo te adelantará. Si te sigue verás que frena, te hablará o, sorprendido, tendrá que adelantarte. Si es así, dale espacio. Si se está masturbando se quedará en la distancia. No tengas miedo, el problema lo tiene él y a ti no te está tocando. ( No es agradable, vale, es denunciable, sí, pero de momento no te está pasando nada. Piénsalo como un perro que ladra pero no avanza).
Reí fuerte con un monólogo que hizo Candela Peña en el que comentaba cómo siguió a alguien que se masturbaba. " Hombre, no. A ver qué se va a pensar ese. Más loca estoy yo".
9. MANTÉN UNA CONVERSACIÓN VALIENTE
¿Te habla? Mantén tu ritmo, continúa andando y ten una conversación "valiente".
Recuérdate y recuérdale, es probable que te lo pregunte, que no, claro que no tienes miedo a caminar sola. Puedes meter fantasía (yo lo he hecho varias veces haciendo dedo) y decir que tienes cinturón negro en judo. ¿Cómo vas a tener miedo a caminar sola en la montaña? ¿Miedo de qué? Miedo tendrán ellos.
A mí me ayuda pensar que me ha tocado el "loquito del pueblo". Ese que no hace nada pero que se divierte hablando con la gente. Ese que es mejor llevarse bien pero que prefieres no cruzarte. Sé amable... Pero sin confianzas.
10. PROYECTA LA CONVERSACIÓN AL BAR DEL PUEBLO
Si se pone muy pesado, te dice de parar o hay cosas que no te están gustando y tienes miedo de verdad de que pueda hacerte algo, proyecta la conversación al bar el pueblo. Dile que quieres tomarte algo con él allí, sentados y con una buena cerveza. Que estás disfrutando de la conversación, pero que quieres ponerte ropa limpia y seca para seguir charlando con él. Si es necesario tontea un poco, que crea que no tiene que obligarte a nada porque puede que haya algo mejor que eso esperando.
Una vez en el pueblo, o si te cruzas con gente, únete a ellos y/o vete.
Como ves, me he puesto en los peores casos, sí que me he cruzado alguien un poco "intensito" pero nunca me ha pasado al caminar sola por la montaña.
Hola. Te cuento mi experiencia. Tengo miedo a los perros y también me ha gustado siempre caminar sola.
En una ocasión hice un trato con uno de mis hijos, fuimos al Camino, el me defendería de los perros y yo le lavaría la ropa, fue una experiencia estupenda, pero el no tuvo trabajo (jjja).
A partir de entonces me animé a ir sola, hace más de 20 años no estaba masificado como está ahora por muchos puntos. He hecho varios Caminos, siempre caminando sola, aunque me gustaba mucho charlar con la gente, pero cuando acababa mi etapa. Me encanta esa sensación de sola, de no tener que "negociar" cuándo me paro o dónde acabamos, de que todo lo que hay alrededor es para mi.
Miedo? alguna vez, pero por los perros, y muy contenta de haberme atrevido.
Ahora, jubilados los dos, suelo caminar con mi marido, que me apoyó y animó para que caminara sola.
Me encanta tu blog Patricia¡¡
Qué maravilla leer esto, Rosa!!! Yo también comparto ese miedo a perros ... sobre todo cuando dudo si estoy metiéndome en una propiedad privada o en una zona de pastoreo... pero la verdad es que nunca he tenido problemas! Me alegro de que, ahora, también camines en compañía. Eso sí, si un día te apetece... no dejes de caminar sola! Como ya sabes, es otra experiencia. Un abrazo!
Mereces mi admiracion. Yo no m atrevo por varias circunstancias personales. Una es q estoy casada y mi pareja no me apoya.
Hola, Maribel! Ánimo con el caminar sola! No haces nada malo y, de verdad, comenzando por rutas más domingueras no hay ningún tipo de peligro! Si te muestras convencida y sin miedos, seguro que tu pareja también te apoya. O tendrá que hacerlo si es algo que a ti te hace feliz. Un abrazo!