- Mira. Tú también lo hiciste ¿no?¿Y no te dio miedo hacer el camino de Santiago sola?
La noticia de una denuncia en el Camino de Santiago me ha llegado por diferentes fuentes, con diferentes tonos y diferentes enfoques. Casualmente (o no) hoy justamente he pasado con el coche por Navia, el lugar donde un señor siguió a una peregrina.
Qué miedo, un señor siguió a una peregrina haciéndose una paja.
Qué asco. ¿Esto pasa?
Tú lo hiciste ¿no? ¿No te dio miedo hacer el camino de Santiago sola?
No me dio miedo hacer el camino de Santiago sola, digo. El Camino, como todo, es bastante seguro. Hay muchas peregrinas, peregrinos y locales a lo largo del camino. Lo que me da, a día de hoy, es rabia, la verdad. Rabia porque un señor se siente lo bastante seguro (personal, física y jurídicamente) como para tocarse en la vía pública y (no contento con eso) seguir a una peregrina. Pero me da (más) rabia (todavía) porque el mensaje vuelve de nuevo a ser para nosotras y a favor del miedo.
Porque sí, un señor se ha hecho una paja en el Camino de Santiago, que es asqueroso, violento y denunciable, y el mensaje que nos llega, de nuevo, es que da miedo hacer el camino de Santiago sola. Vuelta al miedo.
Al parecer, el 061 culpó a la chica por hacerlo sola. Indignante que esto todavía pase. No tengo palabras y es, todavía, más denunciable. Espero que se tomen medidas contra ambas acciones.
Sin embargo, con este artículo voy más allá. Quiero ir más allá. Hace 7 años que viajo sola. Yo también tuve muchos miedos y bloqueos. Y, admito, no fue fácil dar el primer paso para viajar sola. Sin embargo, ahora, estoy cansada del mensaje victimista. Será por eso que hace tiempo que no escribo sobre los miedos de viajar sola. Ya no los tengo. Estoy cansada de hablar de miedos, de lo indefensas que estamos y la falta de libertad que tenemos. Porque no es cierto. Un señor se hace una paja y nosotras salimos corriendo.
No, no culpo a la chica. Cada una, en situaciones así, hacemos lo que podemos. Ni más ni menos. Ella viajaba sola y es una forma (la mejor) de empezar a luchar contra todo este mensaje. Aplaudo que fuese valiente de llamar al 061 y, después, de ir a la Guardia Civil a denunciar ambas acciones. Así es como tiene que tratarse. Ya no tenemos vergüenza, ya sabemos que no es culpa nuestra y tomamos medidas para que esto cambie, para que sea él (por una vez) quien tenga miedo de que le pase algo.
Simplemente me chirría el miedo. Ahí, otra vez, el mensaje del miedo. Con cada caso, con cada envite, la sociedad nos manda el mensaje del miedo y nosotras nos autoboicoteamos con más dudas, con más miedos. Desde hace tiempo, pero no lo había puesto todavía por escrito, siento que este mensaje está totalmente equivocado. Nosotras mismas nos lo estamos mandando. "Somos mujeres, estamos indefensas y tenemos miedo". Con este mensaje, repetido en bucle, nos posicionamos desde el inicio en un ángulo de víctima.
Y no, no estoy de acuerdo.
Si continuamente hablamos del miedo que sentimos, de la inseguridad y la debilidad ante un caso así ¿cómo esos degenerados no van a sentirse más fuertes que nosotras? ¿Cómo no si salimos corriendo?
He conocido a muchos viajeros y, aunque otros, también tienen miedos. El miedo es natural, inherente al humano, visceral y está bien que así sea, es clave para la supervivencia, pero puede trabajarse. No sé vosotras, pero yo no recomendaría a ningún amigo, en una situación de desigualdad, mostrar miedo continuamente a su agresor. No es lo que le recomendarías a tu hijo o a tu hija hacer en la escuela ante el abusón. Sé que puede ser un mensaje polémico o a tergiversar, pero así lo siento. Estoy cansada de oír que viajar sola da miedo.
No sé, será que hace tiempo que perdí esos miedos. No quiero decir que sea una inconsciente y niegue los riesgos, pero asumí que pueden pasarme cosas de viaje y no vivo continuamente pensando en el miedo. Entendí que a más miedo, más presa me siento. Menos libre. Si nos dejamos llevar por los miedos, éstos no sirven más que para dejar de hacer cosas que nos harían felices. Y veo los riesgos, (¿cómo no verlos?), pero no siento miedo en el viaje. De hecho, sinceramente, siento mucho más peligrosa la noche, tras unas cuantas copas y el uso de drogas.
Imagino que he admitido los riesgos que supone ser mujer en este mundo que intentamos cambiar. ¿Indignante? Sí. No digo que no haya riesgos y que no tengamos que pelear contra ellos, contra esta educación machista y una sociedad patriarcal. Sobre todo contra la (fácil) absolución de culpa y la impunidad, pero me pregunto ¿el mensaje de que sentimos miedo está funcionando? Yo no lo creo.
Particularmente, cuando voy por la montaña, sola, llevo un palo y una navaja conmigo. Cuando paseo, cuando camino, cuando viajo, no, no tengo miedo. Cada vez que un hombre me ha tratado como un objeto o una mujer débil en uno de mis viajes (y no lo voy a negar, alguna ha habido) le he mostrado mi fuerza (mental, psicológica y/o física). Nunca le he mostrado miedo (aunque lo tuviese). Porque es curioso, cada una de las veces en las que esto ha pasado, ellos me han tanteado para saber si tengo miedo. Y siempre les he hecho saber que no. He dejado claro (hay mil formas de hacerlo) de que si se pone en mi camino se las tendrá que ver conmigo. Por eso, creo que la clave es comenzar por no sentirnos menos fuertes, por no ser presa fácil, por no considerarnos una víctima. Demostrar que, de ser necesario, nosotras también sabemos pelear y hacerles saber que no, que no tenemos miedo. Porque estamos hartas de tenerlo.
Termino diciendo lo que decía una canción de Ska-P, ya antigua pero todavía vigente (como todos las suyas) "Ante la violencia machista ¡Defiéndete! ¡Autodefensa, mujer!"
Muy buen post. Enhorabuena.
¡¡¡Gracias Antonio!!!
reconozco que al comenzar a leer, me chocó el enfoque... sin embargo, has conseguido hacerme ampliar la mirada y que lo entienda. Y por medio, caí en la cuenta de las pocas veces que en la narrativa de una agresion, se incluye un "ella se defendió"... como mucho un "se resistió". Creo que ahí, en las narrativas, hay un campo que labrar también 😉🤍🤘🏻
¡Me alegro de haber conseguido ampliar la mirada! El #metoo nos hizo conscientes, todavía hay mucho trabajo, pero continuar mandando el mensaje de "tenemos miedo" no consigue más que hacernos ver como más vulnerables. Pues mira, no.
Un abrazo, Eva!
Solo aplaudir tu mensaje y apoyarlo; sin ruidos y como bien dices, sin miedos. Sigo en tu mochila.
Un abrazo, Fidel!