A veces pierdo el foco de por qué escribo este blog. Es curioso, hace 7 años que viajo, que escribí el artículo "Dejarlo Todo e Irse, mi caso personal", siete y medio de que nació este Blog, y ocho (probablemente) desde el momento que me hice consciente de que quería viajar y recorrer el mundo (aunque no creyese que hacerlo sola fuese siquiera un opción).
Sí, a veces, y con el paso de tanto tiempo, me olvido de por qué escribo este blog. Porqué nació.
POR QUÉ ESCRIBO ESTE BLOG
Ahora lo sé. Gohar vino, reapareció, me reencontró (como uno más de los reencuentros hermosos que estoy teniendo en este viaje), para recordármelo. Porque viajar sola durante tanto tiempo no es normal, no es fácil, no es algo que cualquiera hace. He vencido muchos miedos (otros no), muchas barreras (casi todas autoimpuestas) y he crecido con cada una de ellas. He sido cuestionada tantas veces que he perdido la cuenta. También me he autocuestionado a mí misma mucho más de lo que me hubiese gustado. Pero aquí estoy. Aquí sigo. Viajando. Escribiendo este blog.
Sigo escribiendo este blog y, mirándome en retrospectiva, soy consciente de cuánto me he coartado a mí misma, pensando que quizás escribir era una forma de egocentrismo, de necesidad de aprobación y de sentirme valorada. La palabra influencer (visto en otras personas, pues nunca me he sentido representada) caló en mí de una forma extraña. Tenía claro que no quería ser relacionada con ello y eso hizo que, sin querer (imagino) me cuestionase una y otra vez la necesidad de compartirme. Cuando pensé en cerrar el blog, llegué a conclusiones bonitas, como que podía viajar sin compartir lo vivido, sin demostrarlo, pero que escribir me llenaba y liberaba de una forma tan especial que no quería dejar de hacerlo. Ahora, gracias a Gohar y a todos los encuentros hermosos, inesperados y no buscados que estoy teniendo en este España en el maletero, sé que escribo porque, en el fondo, me gustaría que la gente entendiese que aunque la sociedad marca claramente un camino y nunca es fácil hacer caso omiso, salir es posible. Hacer lo que yo hago puede hacerse. Que viajar sola, vivir en un coche, hacer autostop siendo mujer o no pensar en que tener un trabajo fijo es una necesidad no sólo es posible, sino recomendable. Que se puede soñar con trabajar menos horas, con construir una casa con tus manos o recorrer el mundo. Aprender algo que creías imposible. Que preguntarte y cuestionarte continuamente es un trabajo tan bonito como exigente, pero que te lleva a caminos no explorados que siempre traen algo.
Será que por eso escribo, no para mostrarme, para presumir o viajar gratis, no para influir ni vender, solo para poder expresarme, para gritar al mundo que esto tan raro puede hacerse, que no siempre es fácil y que supone cuestionarse continuamente (y que te cuestionen), que significa ir contracorriente, pero que siempre, siempre, existe la posibilidad de dibujar otro camino al marcado.
Me digo que escribo este blog porque me gustaría ser ese escrito, ese artículo, que te dé el empujón que me dio a mí aquel de Aniko (ya años atrás) que necesitaba cuando creía que nada de esto era posible. Salir de la rueda, vivir conscientemente, hacer lo que una quiere. No tiene por qué ser viajar, recorrer mundo o hacer autostop… Sino escuchar a tu cuerpo, pensar qué harías si no tuvieras miedo, creer en ello y ponerte a trabajar por ello.
Será que por eso escribo, porque yo sí creo.
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