Tánger es una caja de sorpresas. Al menos, no tiene nada que ver con lo que me había imaginado. Si me hubiesen dicho hace cuatro días que iría a la playa, me tomaría un té verde mirando al mar y saldría a tomar unas cervezas acompañadas de unas tapas increíbles para terminar bailando música "Shahbi", la música popular de Marruecos, no me lo hubiese creído. ¿Tapas en Marruecos? ¿Baile y fiesta?
Quizás es que tenía una imagen de Marruecos demasiado distorsionada o quizás es que Tánger no es realmente Marruecos pero, sencillamente, entiendo a esa gente que habla de la magia que tiene Tánger, que se queda prendada, que vuelve una y otra vez o que termina por quedarse atrapada unos meses aquí. ¿Qué tiene Tánger? ¿Por qué quién no la conoce dice que Tánger no tiene nada y quién le da un poquito de tiempo se queda enamorada?
ROMPIENDO MIS ESQUEMAS
En mi cabeza, Tánger era oscura, ruidosa y agobiante. La gente me perseguía insitiendo que le diera unos Dirhams y había todo tipo de personas dispuestas a engañarme. En mi mente, me perdía en la medina, no era capaz de salir y finalmente alguien se aprovechaba de toda esa inseguridad, miedo y confusión para sacarme todo el dinero de mi cartera. En mis miedos, la medina y la noche de Tánger era oscura y silenciosa, muy peligrosa, donde todo el mundo se quedaba en casa por lo que pudiera pasar. Desde casa, sólo quería irme de Tánger hacia otro lugar.
Y llegué a Tánger.
Tánger no tiene nada que ver con lo imaginado, pero tampoco tiene nada que ver con algo que haya visto antes. Y es que es España, pero en un mundo paralelo. Te recuerda el paisaje pero la cultura es tan diferente que no entiendes nada. Estás tan cerca de España, que incluso la ves, y sin embargo te sientes tan lejos de casa. Llegas con la mochila e incluso el olor es diferente. Te plantas en la puerta de la medina y por supuesto te pierdes. No puedes encontrarte y aparecen diez personas dispuestos a ayudarte. ¿Querrán perderte en alguna parte? ¿o sólo esperan una propina que puedas darles? La cabeza, si no has estado aquí nunca antes, te colapsa. Aunque sea un instante.
QUÉ TIENE TÁNGER
Sin embargo me encanta. Ese descontrol, ser precavida y, por qué no, sentirme perdida. Que todo sea inimaginable, que rompa mis esquemas mentales. Los buenos y también los malos. Sentirme un poquito parte.
Todavía con algo de miedo, susto o respeto (es difícil definir esos sentimientos) me adentro en la medina. Cámara en mano, bien agarrada, mochila en la espalda sin nada importante. Sigo la ruta marcada por mis compañeros del hostel, aunque marcar una ruta en la medina sea algo casi sarcástico. Decido disfrutar, y que pase lo que pase. Veo turistas y disfruto con unas calles blancas y azules que parecen tan novelescas que me apetece escribirlas. A veces aparece otro color, un dibujo, un grafiti o un portal que convierte la medina en un precioso mural. Niños que te miran, hombres mayores que caminan despacio con chilaba y tarboosh, turistas desorientados (como tú) que fotografían cada esquina (como tú).
Y veo el Bar Baba, me lo han recomendado, pero sólo echo un vistazo por afuera. Una señora me sonríe, le pregunto cuánto vale un té y me dice que pase. Paso, lo miro y me encanta. Me da igual cuánto cueste. Las paredes son azules y blancas, algo destartaladas, suena el dado del parchís y el sol entra por unas ventanas de marcos azules y cristales sucios. Me siento en lo que podríamos llamar la terraza, cerrada, el sol pega en mi cara, me relaja automáticamente. Un chico a mi lado escucha música y fuma algo en algo alargado que no sé ponerle nombre. Parece relajado, no me mira, quizás está concentrado (o colocado). Escribo despacio, ahí nadie me atiende. Suena "hero" y aunque es un poco raro, el sol, la medina, blanca de paredes ennegrecidas, desigual y desordenada, me mira y parece que, por fin, me da una bienvenida. Me fijo en el mar cuando el chico se acerca con un té dulce (muy dulce) y el olor a menta me invade Qué tiene Tánger.
Y llegas a la Kashbah.
- ¿Buscas el museo, señora? (Chaval ¿¡Has dicho señora?!) Sonrío. - No busco nada. Sólo paseo. - Oye, ¡que no mordemos! ¿Viste el Tiempo entre costuras? Ven que te enseño
Sigo mi camino
- Hacia el Hafa por allí es el camino más corto, te enseño. - No gracias, voy bien sola. - Vente a mi tienda, te enseño tejido - Lo siento, viajo con mochila, no quiero nada. - Sólo mira, es bonito. - No lo dudo, pero no tengo espacio.
Y cruzando la Kashbah salgo hacia el bar Hafa. Mis esquemas (afortunadamente) se rompen. Es un bar popular, de terrazas blancas en mucho niveles y vistas al mar. Me siento tranquila y, una vez más, nadie viene a servirme. En unos sitios sobra y en otros falta atención. Pero no es atención, me dirían después Aquí la gente no presiona, en un sitio no turístico, mucha gente se sienta y no toma nada.
Y cuando vuelvo al hostal, suena una orquesta a un lado de la calle, en el otro un grupo de mujeres baila en la puerta todavía en pijama. Alegría, zaghareet (ese grito árabe tan particular) y ofrendas a la orquesta. Según me contestan, parece una boda.
Mezcla cultural, variedad, cuando esa misma noche me tomo unas cervezas, acompañadas de tapas, primero en un lugar que parece un garaje. Soy la única mujer, la única que no habla árabe y donde como unos pinchitos de corazón de vaca que pensaba no me iban a gustar (y que me desmuestra de nuevo equivocada). Continuamos en un lugar más snob, música baja y tapas de carne sin fin (¿habrá algo un poquito más vegetal?) y pasamos al sótano de un hotel, luces tenues, naranjas, y música proveniente de una jam de música donde varias personas muestras sus voces. ¿Quieres ver algo bien popular? ¿Bien humilde, pero bien divertido? Y entorno los ojos ¿Necesitas una respuesta para esa pregunta? Y así es como termino bailando música Shahbi en un pequeño antro, oscuro, con música en vivo, hombres y mujeres algo tocados y el pelo al aire.
(Y qué pena, que para los mejores momentos nunca tenga una foto)
Qué tiene Tánger... Tánger tiene todo lo que estés dispuesto a escucharle.
gracias, un gustazo leerte!
Hola! Me encantaba tu blog y nen esta ayidando mucho. Viajaré sola a Marruecos en unos días. Podrías decirme el nombre de los locales últimos que ha comentado? El del baile y los de las tapas, muchas gracias !
hahaha "Espana pero en un mundo paralelo", que verdad y que buena frase. Pero es extraño, porque al mismo tiempo es también una ciudad extranjera, tremendamente exótica a pesar de su proximidad y creo que no se puede encontrar su verdadera alma en cualquier otro libro que el de las mil y una noches.
Libro pendiente entonces Luis! Volveré a Tánger una vez leído 🙂
Me ha gustado esta entrada mucho. La foto donde está el "colocado" le hace a uno entrar en ambiente y seguirte más de cerca. Saludos.