- La próxima mañana, aseguran, el pesar ya no está.
En Xela, Quetzaltenango, escuché, por primera vez, hablar de las Quitapenas de Guatemala. Y, como toda aquella que escucha esta sencilla y bonita leyenda, las quise tener y quise creer.
LAS QUITAPENAS DE GUATEMALA
Las Quitapenas de Guatemala son seis muñequitas pequeñas, hechas a mano, que permanecen guardadas en una bolsita de tela o una cajita hasta que se las necesita. Hay de diferentes tamaños y calidades, todas lo mismo, todas iguales, pero todas son únicas y diferentes.
Cuentan que en los pueblos mayas del Altiplano de Guatemala, cuando alguien tiene un problema, una pena o un pesar, debe contárselo en voz alta a sus Quitapenas antes de irse a la cama. Una vez hecho, con cariño, se las coloca bajo la almohada. Según cuenta la leyenda, las Quitapenas de Guatemala, mientras su dueña duerme, agarrarán su pena y se la llevarán lejos de ella.
Al día siguiente, al despertar, la pena ya no estará.
- ¿Y funciona?
- Claro - Me dice la seño del mercado de Chichicastenango con sonrisa pícara y mirada al suelo
- ¿Y cómo se hace? ¿Las utilizo de una en una?¿o todas a la vez? Me han dicho que hay quien dice que hay que quemarlas después.
Mirada extraña. Sorpresa en sus ojos. En su boca silencio y otra sonrisa.
- Ay, como quieras creer...
Y esa respuesta, ambigua y sencilla, como la propia leyenda, me bastó. Al fin y al cabo, todo es fe.
Las compré.
Porque me gustó la historia, porque me parecieron bonitas. Porque qué bonito pensar, que hay algo, o alguien, que sea capaz de llevarse una pena o un pesar. Eliminar tus problemas.
Y qué más da que la historia me parezca incompleta. Que no haya respuestas. Al fin y al cabo, no hay nada tan fácil, y tan difícil, como tener fe. Y las Quitapenas de Guatemala no iban ser una excepción.
Es a ti, y a mí, a quién nos toca decidir si creer.
RAMÓN PREOCUPÓN Y LAS QUITAPENAS DE GUATEMALA
Un escritor de cuentos infantiles inglés, Anthony Browne, incluso escribió un cuento inspirado en las Quitapenas de Guatemala: Ramón Preocupón.
Cuenta el cuento, que Ramón era un niño muy miedoso y preocupón. En todo veía problemas. Cada noche, cuando iba a su cama, su cabeza comenzaba a dar vueltas, comenzaba a preocuparse y se le hacía muy complicado dormirse. Sus padres no sabían qué hacer con él.
Un día, su abuela, le entregó una bolsita con las Quitapenas, y le contó la historia.
Ramón durmió rápido y de un tirón esa noche. Y la siguiente. También la siguiente. Sin embargo, la cuarta noche no pudo dormir. Algo le preocupaba demasiado. Su abuela se acercó y le preguntó qué pasaba. Ramón le contestó:
- ¿Y quién le quitará las penas a mis Quitapenas?
Y fue así como Ramón Preocupón comenzó a hacer quitapenas más pequeñas para sus propias Quitapenas.
Y fue así, quizás, como surgieron las pequeñas quitapenas que aquí os presento. Ya sabéis, todo es fe.
Me gusta como escribes, te voy a seguir, le he sugerido a mi esposa lo mismo, ahora viajamos por Centro América, te escribo desde Bacalar, ayer nos perdimos entre los canales el manglar, un paisaje hermosísimo, pero fueron seis horas remando en un Kayak entrando como a cincuenta canales que resultaban ciegos, mañana seguimos a Belice, Llevo nuestra bitácora para documentar anécdotas, obstáculos y desde luego las maravillas que hemos ido encontrando desde el 121219 bajando por Yucatan hacia Belice, saludos Luis Fernando
Qué bien! Qué viajazo os estáis pegando! Me alegro de que disfrutáseis Bacalar. Espero que también disfrutéis Belize, un país muy especial. Os mando un abrazo!