Llegué a Sibenik como parada alternativa a Split. Como conté en el artículo anterior, había viajado seis años atrás a Croacia y en este viaje en solitario por Europa del Este era el único país que ya conocía y que, por tanto, me hacía menos ilusión visitar. Sin embargo, me sorprendí a mí misma enamorándome de Sibenik.
Sibenik es un secreto a voces, una de esas ciudades que, todavía, no han alcanzado la fama loca que está arrasando con ciudades de Croacia como Dubrovnik o Split.
¿QUÉ TIENE SIBENIK?
Sibenik tiene cuatro fortalezas (una de ellas en el mar), una catedral pequeña pero hermosa, un centro histórico de casas de piedra blanca, callejones estrechos con recovecos que te sorprenden a veces con patios interiores y ventanas de colores, generalmente verdes o azules.
Sibenik tiene costa, pero es una costa formada por la desembocadura de un río que tiene forma de lago y un canal que da lugar al mar. Es, seguramente, una de las entradas al mar más especiales que haya conocido. Esta vista se puede observar desde el castillo (porque sí, también tiene un castillo).
Si te gusta caminar, Sibenik tiene todo un paseo hermoso por toda la orilla del canal hasta llegar a la fortaleza que está en el mar. En el camino, hay dos miradores que, tanto por la subida como por la vista, te dejan sin aliento. En ese momento te aseguro que decidirás que la parada mereció la pena. La caminata son diez kilómetros pero los únicos que se hacen pesados son los 3 primeros que recorres por la ciudad (si has alquilado coche te recomiendo ir con él hasta la entrada y caminar desde allí).
Sibenik tiene un ambiente relajado de día y una fiesta nocturna tranquila pero muy local por la noche.
Sibenik tiene muchas islas a un ferry público de distancia (14 kunas= 2 euros) y puedes hacer una escapada de un día a alguna de ellas y sentirte en una soledad codiciada en Croacia. Particularmente yo fui a Prvic y me tumbé en una playa rocosa semidesierta de Prvic Sepurine.
La mayoría de la gente para en Sibenik para visitar el parque nacional de Krka, repleto de lagos y cascadas. Yo no fui porque ya había visitado Plitvice, la entrada me pareció cara (casi 30 euros en los meses de verano) y la chica que fue el día anterior al día que yo había planeado me dijo que estaba muy lleno de gente. Particularmente, no me gustan los parques que tienen caminos en dirección única y muy marcados. La elección te la dejo a ti, aunque si has estado en Plitvice y sólo tienes un día en Sibenik yo te recomendaría fervientemente ir a pasear al canal.
Uno de los dos miradores del canal de Sibenik
¿QUÉ NO TIENE SIBENIK?
Sibenik no tiene hordas de turistas recorriendo sus calles.
No tiene gente demasiado simpática (pero eso es, lamentablemente, algo generalizado en Croacia).
Sibenik no tiene demasiada oferta de hostel y el alojamiento es algo más caro que en otros lugares más turísticos como Split, Zagreb o Zadar. Yo me quedé aquí y fue una gran decisión. La chica de recepción, que hablaba español, me explicó parte de estos secretos a voces (y compensó con una inusual simpatía que el hostel no tuviese cocina).
¿Todavía estás pensando si tu viaje a Croacia debería incluir una parada en Sibenik?
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