Si estás por Navarra, cerquita, o haciendo el Camino de Santiago, y te gustan los lugares especiales no puedes dejar de visitar Santa María de Eunate, la iglesia de las cien puertas. Un lugar humilde, y tan mágico, que ha conseguido llevarse mi puesto número uno de lugares imperdibles de Navarra.  

A menudo la historia, aunque sobre todo la gente, habla de lugares mágicos o espirituales. Lugares que te alejan del ruido, de lo banal y cotidiano, y te sumergen, al menos por un instante, en otro mundo: un mundo de sensaciones.

Lugares como Chichén Itzá, el Tíbet, las pirámides de Egipto o el lago Titicaca son reconocidos por mucha gente como lugares "especiales" donde fluye la energía. Muchos de estos lugares acogen a miles de turistas cada día o incluso son lugares de peregrinación. Y aunque en general me creo bastante escéptica, admito que hay dos lugares en los que he podido sentir ese "algo" especial. Uno de ellos es del que hoy os hablo: Santa María de Eunate. Sin duda, es un lugar mucho menos reconocido y visitado que cualquiera de los ejemplos que os he puesto antes, lo que a mi me parece perfecto, ya que no me quiero ni imaginar una Santa María de Eunate masificada.

Y es que allí no es sólo paz y tranquilidad lo que se respira. Es magia; un sentimiento de armonía con la tierra, el cielo y los pájaros. Es una sensación que me lleva a sentarme allí y pensar. Sentir y creer. En algo. Sin saber bien en qué.

Cuando estoy allí no puedo evitar pensar en toda esa gente que, como yo, una vez pasó por allí, en tiempos remotos, y que quizás, sólo quizás, sintieron lo mismo que yo. Personas que han vivido vidas diferentes a la mía, pero vidas al fin y al cabo. Y es que sus muros respiran historia.

En mitad de la nada, a escasos kilómetros de Puente la Reina (donde el camino de Santiago francés y el aragonés confluyen), luce la Iglesia de Santa María de Eunate, humilde pero imponente. Sus orígenes (que datan del siglo XII) todavía se suponen desconocidos, ayudando así a completar ese halo de misterio que envuelve a la pequeña iglesia de Santa María de Eunate. Este misterio es lo que hace que se hayan formulado muchas funciones  para esta capilla románica, que van desde centro templario (por su arquitectura esotérica), hospital de enfermos, faro guía para aquellos peregrinos perdidos en la noche e incluso se cree que allí enterraban a los peregrinos muertos durante el camino.

A apenas 10 metros de la iglesia se encuentra lo que fue un refugio, muy acorde con la iglesia, para aquellos peregrinos a los que el camino de Santiago les haya llevado hasta allí. Una oportunidad imperdible para aquellos que quieran disfrutar de un punto de destino tranquilo, bonito y, sobre todo, mágico.